- Una guía detallada y preventiva
La importancia de comprender y abordar los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) se ha elevado en la población infantil y adolescente, según destaca la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos trastornos, definidos por el Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales, se manifiestan a través de patrones alimentarios que llevan consigo consecuencias médicas, psicológicas, sociales y funcionales significativas.
En el contexto de la adolescencia, la Universidad Católica de Chile identifica varios TCA prominentes, entre ellos la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno de la ingestión de alimentos especificados. Estudios a nivel global sugieren que la prevalencia de anorexia y bulimia en esta etapa de la vida fluctúa entre el 1% y el 3%.
El psiquiatra José Carbonell, de Top Doctors España, ofrece una visión detallada de cuatro TCA prevalentes. La anorexia nerviosa se caracteriza por una restricción severa de la ingesta alimentaria, acompañada de una fobia intensa al aumento de peso y una percepción distorsionada de la imagen corporal. Las personas con anorexia nerviosa a menudo presentan un peso significativamente inferior al normal, junto con signos de desnutrición como pérdida de cabello y amenorrea.
En cuanto a la bulimia nerviosa, implica episodios frecuentes de atracones seguidos de acciones inapropiadas como vómitos, uso de laxantes o ejercicio físico excesivo. Las personas afectadas por este TCA suelen presentar signos de daño físico, como erosión dental o inflamación de las glándulas salivales.
El trastorno por atracón, asociado con sobrepeso u obesidad, se manifiesta a través de episodios de ingesta excesiva seguidos de malestar psicológico, como depresión o baja autoestima. Por último, el trastorno por evitación y restricción de la ingesta de alimentos implica una constante falta de interés o aversión hacia la comida, resultando en una ingesta insuficiente. Las consecuencias pueden incluir un peso normal, bajo o elevado, así como signos de deficiencias nutricionales.
En cuanto a tratamiento y prevención, el Dr. Carbonell destaca la importancia de una intervención urgente y completa que abarque la psicoterapia y la supervisión continua. En casos más graves, el ingreso a centros especializados puede ser crucial. Aunque la prevención completa de los trastornos alimentarios puede ser desafiante, existen medidas preventivas, como evitar críticas sobre el peso, estar atento a posibles síntomas, educar sobre las consecuencias de los TCA, mantener una alimentación saludable y promover una imagen corporal positiva.
Ante cualquier indicio de riesgo o cambio en los patrones alimentarios, es fundamental buscar atención médica especializada para recibir el tratamiento adecuado y evitar complicaciones a largo plazo. Este enfoque preventivo y de tratamiento integral es esencial para abordar los desafíos asociados con los Trastornos de la Conducta Alimentaria y fomentar la salud mental y física en la población.