Finlandia ha cerrado el último paso fronterizo con Rusia en respuesta a un aumento significativo en la llegada de solicitantes de asilo indocumentados, que el primer ministro finlandés, Petteri Orpo, atribuye a la provocación de Moscú. La ministra del Interior, Mari Rantanen, subrayó que la medida, que estará en vigor hasta el 13 de diciembre, se implementará como una cuestión de seguridad nacional.
La extensa frontera de más de 1.300 kilómetros entre Finlandia y Rusia ha sido testigo de un aumento sustancial en la llegada de solicitantes de asilo desde agosto, alcanzando casi 1.000 personas. En respuesta a esta situación, Finlandia ha cerrado todos sus pasos fronterizos con Rusia en las últimas dos semanas, excepto el más septentrional, Raja-Jooseppi, en el Ártico.
La ministra del Interior enfatizó que Finlandia está siendo objeto de una “operación híbrida rusa” y declaró que la decisión de cerrar los pasos fronterizos es esencial para la seguridad nacional.
La semana pasada, el primer ministro finlandés acusó a Rusia de orquestar una “acción sistemática y organizada”, exacerbando las tensiones entre ambos países. En respuesta, el viceministro de Exteriores ruso, Alexandr Grushkó, calificó la medida de “irracional”, cuestionando la lógica detrás de la decisión finlandesa.
La tensión diplomática se intensifica con Rusia advirtiendo a Finlandia sobre las nuevas “líneas divisorias en Europa” y pronosticando un costo de 3.000 millones de euros para los finlandeses. Las relaciones entre ambos países se habían deteriorado previamente tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. La entrada de Finlandia en la OTAN en abril de 2023, poniendo fin a décadas de neutralidad, ha exacerbado las tensiones, generando críticas de Moscú y la promesa de tomar medidas en respuesta.