Prosa aprisa
Ahora sí, José “Pepe” Francisco Yunes Zorrilla ya es el candidato del PRI a la gubernatura, por segunda ocasión. Fue el primer paso para formalizar más adelante su candidatura por la coalición PRI-PAN-PRD, cuando se integre formalmente en el estado, que se llamará “Fuerza y Corazón por Veracruz”.
Aparte de su designación, que no fue ninguna novedad, lo que me pareció relevante fue la actitud de sus compañeros de partido que también fueron aspirantes a la posición, Héctor Yunes Landa y Anilú Ingram Vallines, quienes ofrecieron sumársele, en una actitud que habla bien de ellos.
Contra el escepticismo que existía en algunas personas, la candidatura de Pepe sí causó buena reacción entre gran parte de la población que no desea que Morena continúe en el gobierno y levantó el ánimo de quienes creen que sí es posible derrotar a la candidata del partido guinda en 2024 si se unen, según lo que pude pulsar a ras de suelo y en los espacios públicos de Xalapa.
Héctor, también exaspirante a la gubernatura, con la experiencia que le dejó su primera participación, dijo algo que la oposición no debe perder de vista en ningún solo momento si quiere alcanzar un nivel competitivo y dar la pelea.
En un artículo que publicó dijo: “Estoy convencido que en este proceso (el interno de su partido) nadie ganó y nadie perdió, porque aún no hemos vencido a nuestros verdaderos adversarios, ni hemos alcanzado la mayor de nuestras aspiraciones: sacar a Morena de Palacio de gobierno y garantizar un cambio de régimen mediante una nueva alternancia”.
Así es. Había que participar con madurez en el proceso interno de su partido, con una aspiración legítima, pero en el entendido de que el adversario no eran ellos, que ese está enfrente, que ellos eran competidores, en buena lid, y que por lo tanto había que reconocer a quien ganara, como lo hacen los atletas profesionales que saben de sobra que en una competencia se pierde y se gana.
Se le sumaron todos sus contendientes
Yunes Landa hizo alusión a los recorridos que realizó por todo el estado como parte de su aspiración, y apuntó: “Cientos de encuentros con miles de veracruzanos me motivaron a participar en la contienda para buscar la gubernatura del estado, convencido, como lo estoy ahora, de que podemos construir una gran alianza que permita ganar las elecciones y establecer el primer gobierno de coalición en México.
Mi mayor aspiración sigue siendo la misma: recuperar a Veracruz de las garras de Morena, un gobierno que ha mostrado una fuerza destructiva superior al peor de los huracanes políticos”.
Hablé con Anilú el mismo viernes mientras los demás aspirantes se reunían con el dirigente nacional de PRI, Alejandro “Alito” Morena, para escuchar la resolución final. Ella llegó hasta el edificio del CEN en Insurgentes Norte en la Ciudad de México, pero al final se abstuvo de entrar a la reunión con el dirigente nacional por la forma nada transparente con la que condujo el proceso interno. Su convicción era que no debía convalidar algo que no estaba bien hecho, o sea, cuestionó el cómo, no el qué.
Me dijo que su diferencia era con “Alito” no con Pepe, al que apoyará con todo y con quien mantiene una buena relación, de respeto, de diálogo y de entendimiento. El columnista sabía que a raíz del nombramiento de la nueva dirigencia del PRI, Pepe la había buscado para dialogar.
Aproveché para preguntarle sobre las versiones que la ubicaban ya como virtual candidata de Movimiento Ciudadano al Senado. Las desmintió. Me dijo sí que ha recibido ofertas para integrarse a otros partidos, pero que ella ni siquiera lo ha pensado y que está metida en su trabajo legislativo como diputada local.
(Me parece bien su actitud nada sumisa, contestataria, crítica, la de una mujer luchando prácticamente sola en un mundo político dominado por varones, que lucha por lo que considera su derecho pero también el derecho de las mujeres, y que además lo hace en forma abierta.)
Marlon Ramírez Marín, exdirigente estatal, “con determinación y altura de miras”, expresó también su “total respaldo” a Pepe. “Seré firme en mi actuar y decir”, ofreció.
Lorena Piñón Rivera, secretaria general del CDE, también se sumó al ganador: “Pepe Yunes tienes todo mi reconocimiento y apoyo, ¡vas a ganar”, aunque también lo acicateó: “Pepe por tu liderazgo y emoción social, solo tienes como poción el triunfo”.
El otro contendiente, Cirilo Vázquez Parissi, fue más escueto: “… vamos con Pepe Yunes a recuperar el gobierno para las veracruzanas y veracruzanos”.
A los priistas se les sumó también, en su apoyo a Pepe, el dirigente estatal del PRD, Sergio Cadena Martínez.
Empezaron, pues, bien.
Pepe empieza con una gran fortaleza: no se le conoce como un corrupto ni tiene señalamientos por actos de corrupción que haya cometido. Ni es un presupuestívoro, como lo he comentado en varias ocasiones al recordar que siendo diputado local pidió licencia para contender como candidato al Senado. No ganó pero no regresó a seguir cobrando en el Congreso y decidió que su suplente terminara el periodo constitucional.
Y también bien ubicado: sabe perfectamente bien el reto al que se enfrenta, una elección de Estado, lo que –eso creo– hará que no pierda el piso en ningún momento y dé pasos sobre terreno seguro, con una fortaleza más frente a su adversaria de Morena: es veracruzano, conocido y reconocido por sus años de recorridos por todo el estado, hecho que seguramente hará valer.
Morena comete los mismos errores que el PRI
Inseguridad. Eso es lo que reflejan actos como el de ayer en Banderilla, una concentración de 15 mil personas en apoyo a la candidata de Morena, Rocío Nahle.
Casi todas fueron presionadas a asistir. No son militantes de Morena o simpatizantes convencidos de la zacatecana. Eran trabajadoras y trabajadores del gobierno del estado a los que amenazaron: o asistes o te despedimos de tu trabajo.
Los hicieron llegar desde varias partes del estado, pagando sus gastos con sus propios recursos. Fuerzan el apoyo a la señora porque los veracruzanos no la aceptan, por su origen y por su mala gestión como constructora de la refinería de Dos Bocas.
La mujer sigue en la comodidad de las grandes ciudades, sin asistir a las zonas rurales e indígenas ni visitar las áreas marginadas y los cinturones de miseria de las grandes ciudades.
No va, pues, casa por casa, como lo recomienda el presidente López Obrador y se mantiene alejada del pueblo. Está atenida a los acarreos que le organizan desde el gobierno.
Se les ha olvidado muy pronto que el pueblo echó al PRI del poder cansado de esas prácticas. Pepe Yunes tiene el camino despejado para recorrer todo el estado y ganar adeptos porque ellos solo apuestan por los acarreos.
Manuel prefiere andar solo que mal acompañado
Quien parece que rectificó fue Manuel Huerta. Después de que anunció que recorrería todo el estado acompañado de o acompañando a Rocío Nahle, ha optado por ir en busca del votante, a ras de tierra, en “territorio”, alejado de las viejas prácticas del PRI que él tanto ha criticado, como el acarreo de ayer en Banderilla.
Desde el pasado fin de semana se fue al norte del estado, solo, como candidato al Senado. Entre viernes, sábado y domingo visitó Huayacocotla, Zacualpan, Texcatepec, Benito Juárez, Tecolutla y San Rafael. Quienes conocen la geografía estatal saben que los primeros cuatro lugares están en lo más extremo del norte y que muchos le hacen “fuchi” a visitarlos por su lejanía, sin tomar en cuenta que ahí viven también miles de veracruzanos.
Ahí está el contraste y la explicación de por qué el exdelegado de Bienestar le ganó la encuesta a la zacatecana Rocío Nahle. No está por demás destacar que en Zacualpan fue prácticamente a desmantelar el coto que tenía Eric Cisneros a través de un cacicazgo local que tenía secuestrado el municipio. La gente le agradeció, le dijeron, que los fuera a liberar y celebraron el fin de lo que llamaron una etapa de terror.