Durante la primera quincena de noviembre, la inflación en México experimentó un rebote significativo, alcanzando el 4.32%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este incremento rompió con una tendencia a la baja que se mantenía desde hace 19 quincenas consecutivas, y superó las expectativas del mercado. Cabe destacar que el índice había mostrado un descenso sostenido desde el inicio del año, cuando alcanzó el 7.91% en enero. El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) evidenció una variación del 0,63% respecto a la quincena anterior.
El análisis detallado revela que el índice de precios subyacente, considerado más preciso para medir la carestía general al excluir elementos de alta volatilidad, aumentó un 0,20% a tasa quincenal y un 5,31% a tasa anual. Por su parte, el índice de precios no subyacente mostró un incremento del 1,96% quincenal y del 1,41% anual.
Dentro del índice subyacente, los precios de las mercancías crecieron un 0,13% y los de servicios un 0,28% a tasa quincenal. En el índice no subyacente, los productos agropecuarios subieron un 1.03% y los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno aumentaron un 2.77%, principalmente debido a la conclusión del subsidio al programa de tarifas eléctricas de temporada de verano en varias ciudades del país.
El índice de precios de la canasta de consumo mínimo, conformado por 176 productos y servicios, experimentó un aumento del 0,83% quincenal y del 3,95% a tasa anual. Estos datos reflejan la complejidad de la situación económica actual y plantean desafíos para las autoridades, ya que la inflación continúa por encima de la meta del 3% anual establecida por el Banco de México, que actualmente mantiene la tasa de interés en un 11.25%.