Cuando solo los chicharrones del PRI-Gobierno tronaban nadie hacía intentos para renunciar a sus filas porque tal osadía implicaba el ostracismo político, hubo cuadros partidistas muy destacados obligados a “tragar sapos” y aceptar ser relegados por una imposición devenida desde lo más alto de sus cúpulas, a cambio de esa eventual sumisión casi siempre se les reponía la esperanza dotándolo a posteriori de otra candidatura o un puesto en el gobierno. Fue el PRI una gran maquinaria electoral con mando vertical único al servicio de los sucesivos “gobiernos emanados de la Revolución. Su estructura estaba bien aceitada y disponía de holgura presupuestal para mantener a sus tres sectores: el Campesino, el Obrero y el Popular, a cada cual se le reservaban determinados Distritos electorales y en los ayuntamientos un número determinado de regidurías. El Sector Obrero solía ser todopoderoso porque imperaba el corporativismo en las grandes Centrales obreras y por esa condición recibían sustanciosas cuotas de candidaturas, en su centro operaba la CTM y sus brazos eran el Sindicato de Petroleros, el de Electricistas, el de la Petroquímica, Estibadores, etc. En Veracruz, a las todopoderosas Secciones del Sindicato de Petroleros, la 10 en Minatitlán y la 30 en Poza Rica les correspondían las respectivas alcaldías y diputaciones. Ese esquema sintetizaba los procedimientos en el Partido porque la pugna por las candidaturas se trasladaba a las Secciones, donde se repartían entre los miembros de las elites obreras. Obviamente, en zonas rurales prevalecía el Sector Campesino y en ciudades como Xalapa, Veracruz, Córdoba Orizaba, Coatzacoalcos, etc., el Sector Popular era mano. Fue a partir de la década de los años noventa del siglo pasado cuando el corporativismo comenzó a declinar, incidiendo acentuadamente en la fuerza de los sindicatos que paulatinamente perdieron presión política viéndose obligados a competir con otras fuerzas del contexto social.Ahora, si nos trasladamos a Poza Rica o a Minatitlán podremos observar el demérito al que se han reducido las secciones sindicales, 30 y 10, ya no deciden ni son consultadas para asuntos electorales porque difícilmente alcanzan la fuerza necesaria para imponer candidaturas, prueba manifiesta la da el hecho que Morena irrumpió en Minatitlán con fuerza desmesurada y desde la elección para gobernador en 2016 logró diputaciones y en la 2017 la alcaldía, ahora mismo tras la elección de 2021 gobierna ese municipio, lo mismo en Poza Rica. Por cierto, de sus candidatos a la diputación local en 2015, allá en el sur dos féminas llegadas por el procedimiento de la Tómbola pronto cambiaron de aires políticos. En esa confusa situación está pescando Movimiento Ciudadano, aprovechando la fuerte disputa entre el Frente Opositor y Morena para promover sus candidatos. En esa lógica MC está promoviendo la candidatura del coronel en retiro Carlos Cruz, de gran convocatoria ciudadana aunque él se afana para competir por la alcaldía en 2025, pero MC requiere de votos, de allí su propuesta por Carlos Cruz para la diputación federal. Ya no más PRI hegemónico, ahora ya solo falta que lo orine un perro. Sin duda, en los nidos hogaño ya no hay pájaros de antaño.
El PRI vivió mejores épocas
Por Alfredo Bielma Villanueva