Internacional

Ex residente de Barrie admite trata de personas con ciudadanos mexicanos

Por Gerardo Alardín

La suspensión de los cargos contra Kevin Kielty, exresidente de Barrie acusado de trata de personas, marca un giro significativo en su caso legal. Kielty se declaró culpable en un tribunal de Barrie, admitiendo haber empleado ilegalmente a cuatro ciudadanos extranjeros de México entre 2017 y 2019, según lo establecido por la Ley de Inmigración y Protección de Refugiados. Aunque ha negado cualquier maltrato hacia esas personas, su declaración de culpabilidad resultó en la suspensión de todos los cargos en su contra, incluido el delicado cargo de trata de personas.

Carson Hurley, abogado de Kielty, ha afirmado que su cliente continúa negando las acusaciones de maltrato y que este acuerdo de culpabilidad no implica una admisión de tales actos. Este desarrollo legal también beneficia a la esposa de Kielty, Patricia Zúñiga-Rojas, ya sus dos hijas, quienes también enfrentaron cargos en relación con el presunto tráfico de mano de obra humana.

Inicialmente, Kielty, Zúñiga-Rojas y sus hijas se enfrentaron a 27 cargos cada uno, incluido el supuesto tráfico de 48 ciudadanos mexicanos en 2019. Los trabajadores afirmaron haber sido engañados para trabajar en condiciones precarias para una empresa de limpieza. La redada llevada a cabo por las autoridades canadienses en ese momento reveló un escenario que algunos describieron como de “esclavos modernos”.

Este acuerdo de culpabilidad implica que Kielty deberá cumplir una pena condicional de 18 meses, que incluye arresto domiciliario. Además, se le ordenó pagar a los trabajadores extranjeros afectados más de 14,000 dólares, que se les adeudaba como parte de la sentencia.

La defensa de Kielty indicó al tribunal que su cliente siente un profundo arrepentimiento por sus acciones. Carson Hurley expresó que, aunque es un alivio tener el caso resuelto, la familia ha sufrido durante mucho tiempo y espera dejar atrás este capítulo legal. Este giro legal no solo tiene implicaciones para Kielty, sino también para su familia y los trabajadores afectados, cuyas vidas quedaron enredadas en este caso de trata de personas.