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ETS en mujeres: Síntomas, prevención y tratamiento

Las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) representan un desafío significativo para la salud pública, y su prevalencia es un tema crucial. Según la información proporcionada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de un millón de personas adquieren una infección de transmisión sexual diariamente, y muchas de estas infecciones son asintomáticas. Si no se trata adecuadamente, estos ETS pueden dar lugar a complicaciones de salud a largo plazo. En este contexto, es esencial conocer cuáles son las ETS más comunes, especialmente en las mujeres.

Las ETS son infecciones que se transmiten de persona a persona mediante el contacto sexual, ya sea vaginal, oral o anal. Algunos, como el herpes o el virus del papiloma humano (VPH), pueden transmitirse incluso por el roce de piel a piel durante las relaciones sexuales. Además, existen otras vías de transmisión, como el embarazo, el parto, la lactancia, transfusiones de sangre o el intercambio de agujas.

El Instituto Mexicano del Seguro Social ha revelado que aproximadamente el 30% de las personas entre 18 y 30 años en México han contraído o padecen actualmente una enfermedad de transmisión sexual. Detectar estas infecciones es crucial, y la forma más eficaz es a través de exámenes de detección en centros de salud, bajo la supervisión de profesionales médicos especializados.

Es fundamental tener en cuenta que muchas de estas enfermedades pueden ser asintomáticas, lo que refuerza la importancia de realizar chequeos periódicos con ginecólogos y utilizar métodos de prevención, como el condón, durante las relaciones sexuales. Además, estar alerta a cambios anormales en el cuerpo es esencial. Algunos síntomas que podrían manifestarse incluyen secreción inusual, llagas o verrugas en la zona genital, picazón, enrojecimiento, olor diferente en la vagina, sangrado anal o vaginal y dolor abdominal.

Según la OMS, hay ocho agentes patógenos de máxima incidencia en las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), siendo cuatro de ellas curables en la actualidad: sífilis, gonorrea, clamidiosis y tricomoniasis. Las restantes son infecciones víricas incurables, como la hepatitis B, la infección por el virus del herpes simple (VHS), la infección por el VIH y la infección por el virus del papiloma humano (VPH).

El portal de salud Healthline destaca algunas de las ETS más comunes en mujeres cisgénero y personas asignadas como mujeres al nacer. La clamidia, caracterizada por su tendencia a ser asintomática, puede causar dolor al orinar y, si no se trata, conlleva riesgos para el tracto genital, urinario y los ojos, así como para la fertilidad y el embarazo. El herpes genital, causado por el virus del herpes simple, se manifiesta con llagas en genitales, glúteos, muslos o ano, y aunque no tiene cura, existen medicamentos para reducir los brotes y el riesgo de transmisión. La gonorrea, en sus primeras etapas, puede presentar pocos síntomas, pero con el tiempo puede causar dolor al orinar y secreciones inusuales, llevando a complicaciones graves como inflamación del útero e infertilidad. El Virus del Papiloma Humano (VPH) presenta más de 200 tipos, algunos de los cuales pueden derivar en cáncer cervical si no se trata a tiempo.

Es imperativo destacar la importancia de la prevención, la detección temprana y el tratamiento adecuado de las ETS para salvar la salud sexual y reproductiva de las mujeres. La concientización, la educación y la atención médica son pilares fundamentales en la lucha contra estas infecciones.