Está a la vista que la prioridad de Movimiento Ciudadano no consiste en competir por la presidencia de la república, entre otras razones porque no cuenta con candidatos de perfil competitivo ni con la suficiente convocatoria ciudadana para levantar un inusitado entusiasmo eruptivo entre la ciudadanía mexicana, mucho menos para inquietar a cualquiera de las dos alianzas integradas con tres partidos por bando. No es por ese lado en donde Dante Delgado pretende conseguir la votación necesaria y alcanzar el límite requerido para conservar el registro, porque la clave radica en conseguir el mayor número de curules y escaños para su causa, tiene alguna base en Jalisco, siempre que el gobernador Enrique Alfaro no decida otra jugada al margen de MC, también en Nuevo León donde por azares de las circunstancias su candidato Samuel García ganó la elección para gobernador, aunque no la mayoría en el Congreso local. Pero ese escenario cambió a partir de su licencia pues permite la entrada de un gobernador interino de perfil panista ¿dará marcha atrás Samuel García? Por otro lado, MC no puede presumir de poder cosechar abundantes votos en el Estado de México, en la CDMX y en Veracruz, los de padrón electoral más numeroso junto con Jalisco, pues la oportunidad de engrosar su cuota electoral en esas entidades no invita al optimismo.
Al margen de la especulación sobre el papel de esquirol electoral en los comicios de 2024 que se le atribuye a MC, a este partido le impacta con mayor rigor la determinación del INE que obliga a los partidos políticos a acatar la ecuación de postular a cinco mujeres en algunas de las nueve entidades federativas donde habrá relevo de gobernadores y Jefe de Gobierno. Ese diseño le vino a complicó aún más la agenda a MC, pues tendrá que buscar hasta debajo de las piedras candidatas que le arrimen votos. En todo caso, le distorsiona a Dante Delgado el proyecto de convertirse en una fuerza de negociación en la Cámara de diputados federales; pero no es nueva su estrategia de candidatear a gente famosa aunque no sepan sino levantar el dedo en caso de triunfar, porque finalmente la disciplina en MC se limita a obedecer los dictados de quien desde su fundación ha sido su único “líder moral”. Aunque no es un improvisado y ha demostrado talento para superar difíciles avatares, Dante Delgado se enfrenta ahora a otra prueba de fuego porque está en juego la permanencia de su partido en el diagrama partidista mexicano; en 2022 anunció que en enero del año en curso definiría la posición que adoptaría su partido en el proceso electoral 2023-2024, así se percibió cuando el 30 de enero se publicó el Manifiesto Ciudadano del Colectivo por México suscrito por destacados ciudadanos con interesantes planteamientos que formulan un diagnóstico sociopolítico y económico de nuestro país, de momento levantó expectativas pero nunca despegó con acciones efectivas que levantaran el ánimo ciudadano. Si Dante lo supuso como oportunidad para MC la jugada no cuajó, y ya sin ese impulso, al cuarto para las doce se antoja difícil pueda evitar que esa nave quede a merced del oleaje formado por el movimiento de los bandos en pugna; aunque pudiera hacerse el milagro si Marcelo Ebrard decide estar en la boleta electoral abanderado por Movimiento Ciudadano. Ese sería el espejismo de un oasis que calmaría la sed de Dante y Marcelo, no el de la nación.