Columnistas

La inoportuna pugna en el PRI veracruzano

Por Alfredo Bielma Villanueva

Uno de los motivos por los cuales el Partido Revolucionario Institucional fue una maquinaria electoral exitosa encuentra explicación en su rigurosa disciplina teniendo como sostén la consigna devenida desde las cúpulas, plenamente acatada. La clave residía en la unidad de mando en cada uno de sus órganos directivos partiendo desde la presidencia de la república, los gobernadores y los alcaldes. Todo gravitaba en torno al presidente, cuyas consignas dictadas a través del Secretario de Gobernación permeaban hacia abajo llegando al último de sus seccionales. Pero nada es para siempre y al interior del PRI todo comenzó a cambiar a partir de que este partido perdió la presidencia de la república provocando un eventual desconcierto entre sus líneas de mando, aunque recobrado del golpe electoral, ya sin el presidente como su eje rector los gobernadores priistas tomaron la estafeta y a partir de entonces decidieron sus respectivas sucesiones, a modo, por supuesto. Entonces la dirigencia nacional priista tenía que convenir las candidaturas con los mandatarios estatales y la famosa y cohesionadora consigna dejó de surtir efectos si carecía del visto bueno del gobernador. Ese proceso se comprobó en 2005- 2006 cuando Roberto Madrazo, entonces dirigente nacional priista, le jugo las contras a Arturo Montiel en la lucha por la candidatura priista al gobierno de la república, y al ganarle el brinco se originó el TUCOM (Todos Unidos Contra Madrazo), dando como consecuencia la estrepitosa derrota electoral de 2006. Moraleja: las divisiones a su interior le ocasionaron al PRI dolorosas derrotas.

Ese largo exordio viene a cuento por la discusión originada en el PRI veracruzano por la designación de Adolfo Ramírez Arana en la dirigencia estatal de ese partido porque la consideran resultado del “dedazo”  devenido desde la dirigencia nacional. El movimiento de protesta lo encabezan Fernando Kuri, Renato Alarcón, Jorge Carvallo (el mismo que promovió la bursatilización del 20% del impuesto a la tenencia vehicular ofreciendo en Los Tuxtlas un gran porvenir turístico), Marco Antonio Aguilar Yunes, Joel Arcos Roldán, entre otros, quienes forman el “Grupo Veracruz”. Pero, en realidad ¿protestan porque lo consideran un “dedazo” o porque el “dedazo” no señaló a Kuri? Porque como conocedores de la idiosincrasia y procedimientos priistas saben bien que en ese partido siempre imperó la “democracia dirigida”, con esas reglas jugaron en tiempos de vino y rosas y saben bien que ninguno de sus presidentes fue realmente elegido por la base militante sino por el gobernador en turno ¿o no? Por otro lado, es evidente la ausencia de operación política en la designación de Ramírez, al menos así se advierte en la apariencia, porque en realidad ignoramos si existieron las negociaciones de rigor para convencer a los inconformes. En todo caso, esa reyerta es inoportuna porque se origina justamente cuando el Frente Amplio dará a conocer el nombre de su candidato al gobierno de Veracruz, y debe preocupar el mensaje subliminal del referido Grupo de actuar con autonomía, no porque en realidad representen una corriente con convocatoria ciudadana sino porque inoculan el virus de la división justamente cuando lo que se requiere es unidad de esfuerzos. Todo se reduce: “Si soy yo, todo está bien, si no, entonces algo huele mal en Dinamarca.