Presencia
- El fotoperiodista narra a la agencia EFE la destrucción de “Otis”
- Las lanchas estaban en el malecón; la gente saqueando Oxxos
- “La ciudad incomunicada; sin luz; sin agua; sin señal telefónica”
- “Las autoridades no tuvieron presencia. No estaban preparados”
- “Hay mucho zancudo; se vienen infecciones respiratorias”, acota
- Tras el huracán la recuperación tardará meses: Enrique Vázquez
- “Acapulco de verdad está de llorar… necesitamos de todos”: dice
- “Actos de rapiña en supermercados, tiendas de ropa y negocios”
- “Pide al presidente destinar recursos económicos lo antes posible
“El político de ayer y el político de hoy es aproximadamente el político de siempre”…
-Froylán Flores Cancela
“Acapulco está desolado. Era una película de terror”. Así se refiere entre lágrimas el fotógrafo David Guzmán al otrora paradisíaco puerto de Guerrero devastado por el paso del huracán “Otis”, que impactó en tierra el miércoles y ha dejado ya 27 muertos y miles de damnificados.
A Guzmán, fotoperiodista y colaborador de la Agencia EFE en Acapulco, esta escena le llegó como a todos los habitantes de este lugar como algo inesperado, pues a pesar de haber visto pasar otros huracanes, dice, nunca había vivido algo así.
“Tengo 33 años viviendo en Acapulco, mi mamá más de 50 estando aquí y jamás se había visto algo tandevastador como este huracán”, comenta por vía telefónica.
Aunque la población local y los miles de turistas que se encontraban en Guerrero estaban advertidos, de la llegada de Otis como huracán, se estimaba que tocaría tierra entre las cuatro y las seis de la mañana del miércoles, pero el fenómeno decidió adelantarse.
“Estaba trabajando en la convención minera en la Zona Diamante, terminé y fui por mi papá a su trabajo. Llegué a mi casa a eso de las 10 de la noche, cené. Estaba lloviendo pero muy ligero, la verdad no se veía que fuera a pasar esto”, relata.
A eso de las 1:30 de la noche, comenta, empezó a correr más viento y las alertas comenzaron a llegar vía Whatsapp sin tomar dimensión de lo que se avecinaba.
“Todo cambió en 20 minutos. El viento comenzó a soplar, a través del ventanal empezamos a ver volar rotoplas (contenedores de agua), láminas, los ruidos eran horribles, era espantoso”, rememora.
Resguardado en una habitación junto a su esposa e hijas, empezó a ver agua entrando en la vivienda y en cuestión de minutos, afirma, todo se “tornó horrible”.
“De pronto mi sala estaba volteada, los cubrepolvos, la cocina, el refrigerador, todo volteado. Es como si nos hubieran sacudido. Mi casa ya no tenía ventanas, se rompían los vidrios, se metía el agua, no se veía nada. Solo teníamos una lámpara”, rememora.
Otis, ya como huracán categoría 5, había entrado a las 00:25 h a la costa de Guerrero con vientos máximos sostenidos de 270 kilómetros por hora y rachas de hasta 300 kilómetros por hora.
David considera que la furia de Otis duró al menos tres horas en las que estuvo resguardado junto con su familia.
“Como a las 03:30, ya cuando bajó el aire, me metí a la sala y saqué el agua. Después me dormí. Como a las 6.15 me levanté, y vi que no había sido solo mi casa la que había tenido daños, abrí la puerta, había cables tirados, láminas. Estaba consciente de que iba a perderlo todo”, afirma.
A las 7:30 horas del miércoles, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reconocía que Guerrero resultó gravemente afectado y aseguraba que se trató de un huracán que evolucionó de manera atípica.
En tanto, el centro de Acapulco, dice David, lucía “irreconocible”.
“En la calle principal todo estaba en el piso. El malecón estaba irreconocible, las lanchas estaban en el malecón, vi mucha gente saqueando los Oxxos (tienda de conveniencia), había lodo”, recuerda.
También, agrega, en medio del caos reinaba la indiferencia. “Recorrí unos 5 kilómetros y en el malecón esta una persona muerta, ahí tirada, pero la gente caminaba a su lado como si no hubiera nadie, como si fuera una basura, un jitomate podrido”.
Con lágrimas en los ojos, dice, recorrió el lugar buscando señal de internet sin éxito. Otis había dejado incomunicada la zona sin luz, sin agua, sin señal telefónica. Sólo había rapiña, árboles caídos, gente llorando, turistas con sus maletas, personas abriendo carros “como si fueran animales”.
“Me dio mucho miedo. Era, te juro, una película de terror. Pensé que no iba a llegar a mi casa, empezó a oscurecer, la gente corría con carritos llenos de comida, enloquecidos, sentí miedo de que me fueran a matar, a violar, tuve terror”.
David reconoce que en medio de todo el caos las autoridades no tuvieron presencia. “No estaban preparados desde el principio, antes de la tragedia había unos 20 militares en toda la zona y durante mi recorrido tras el huracán no vi a ninguna autoridad”.
Los huracanes, además, no hacen concesiones por lo que, dice, es difícil saber las afectaciones que ha dejado Otis, sobre todo en la zonas altas de Acapulco.
“Mi casa quedó devastada, pero yo estoy en la gloria. No sé cómo estarán aquellos de zonas más alejadas, pobres. Acapulco no se recuperará en tres meses. Lo más grave es lo que viene, la recuperación y, hay mucho zancudo (mosquito), se vienen infecciones respiratorias. No sé cómo será lo que viene”, concluye, el colaborador de la agencia EFE que publica la entrevista con David Guzmán.
En tanto Enrique Vázquez Fernández, enlace de la concanaco Servytur en Guerrero, afirmó que el huracán “Otis” dejó “devastado” al puerto de Acapulco, cuya recuperación tardará meses.
En entrevista con Joaquín López-Dóriga para Radio Fórmula, el empresario dijo que la rápida evolución de Otis a huracán de categoría 5 no dio tiempo a la población de prepararse.
“Acapulco está destruído, Acapulco está necesitado, de verdad que está de llorar… necesitamos de todos”, lamentó.
Expuso que no se puede atravesar libremente la zona centro de Acapulco.
“No sabemos que hacer, y nuestras autoridades o se están dando ni el 5 por ciento de abasto”.
El maestro Enrique Vázquez denunció que con la devastación se desataron actos de rapiña en supermercados, tiendas de ropa y negocios varios, sin que ninguna autoridad haga algo al respecto.
“Hay inseguridad, no lo reconocerías, es impresionante como la gente no tiene conciencia. Todos los super, las tiendas, están saqueadas, el 99 por ciento”, criticó.
Advirtió que de no atenderse las afectaciones e invertirse lo suficiente el puerto de Acapulco no se levantará, pues hasta el momento no hay electricidad, agua ni una buena señal de telefonía celular.
“Acapulco está devastado…No se va a recuperar este fin de semana, y yo creo van a pasar dos o tres meses, y Acapulco difícilmente volverá a ser el mismo”.
Si bien el Gobierno Federal anunció el despliegue de ayuda, de acuerdo con el empresario, de Caleta al centro de Acapulco no se aprecian elementos del Ejército o la Guardia Nacional.
“Tal vez están arreglando la Costera, tal vez están arreglando Las Brisas, tal vez están arreglando Punta Diamante, que es válido, es nuestra zona turística y eso tiene que estar en pie lo más pronto posible para recibir turismo. Claro, las colonias podemos esperar, y lo sabemos y lo acatamos. Pero necesitamos una certeza de que (las autoridades) van a venir”, apuntó.
Vázquez Fernández hizo un llamado al presidente Andrés Manuel López Obrador a atender con seriedad la emergencia y destinar recursos económicos lo antes posible.
“Señor presidente: necesitamos apoyo, es tu obligación, aquí te esperamos”.