Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, admitió en una conferencia este lunes que los narcotraficantes transportan cocaína desde Sudamérica a través de Chiapas, un estado en la frontera sur de México que actualmente enfrenta un aumento de la violencia asociada con el crimen organizado.
El presidente afirmó que se han detectado actividades de grupos de narcotraficantes en la región de Chiapas, donde avionetas procedentes de Sudamérica aterrizan con cargamentos de cocaína. Destacó la urgencia de la presencia de la Guardia Nacional para contrarrestar la protección brindada a los delincuentes por parte de algunos residentes locales.
En su informe, López Obrador mencionó el incidente del fin de semana en el que habitantes de la selva Lacandona retuvieron a miembros de la Guardia Nacional, exigiendo la intervención de las Fuerzas Armadas para detener a un líder criminal en la región.
En el estado de Chiapas, los conflictos armados han generado una situación que los pueblos originarios han descrito como una “guerra civil”. Estos enfrentamientos han desencadenado una serie de crímenes, incluyendo homicidios, desapariciones y desplazamientos forzados, especialmente en comunidades indígenas relacionadas con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
La escalada de la violencia en la región se intensificó después de que los residentes de Frontera Comalapa denunciaran la falta de respuesta estatal tras la irrupción de un grupo vinculado al Cártel de Sinaloa en septiembre.
Aunque anteriormente negó la existencia de un respaldo social al narcotráfico en la región, López Obrador instó a los habitantes a no participar en actividades delictivas y a cooperar con las autoridades para mantener la paz y evitar la violencia en la región.