Columnistas

Veo los toros desde la barrera

Por Jorge E. Lara de la Fraga.

ESPACIO CIUDADANO

Ni un edén ni un infierno, México camina por senderos renovados. Todos demandamos honorabilidad, justicia, democracia, paz e igualdad.

                Desde hace unos meses he dejado descansar a los pocos lectores de mi columna, toda vez que en uno de mis últimos comentarios indiqué que tomaría voluntariamente mi año sabático para que a partir del 2024  retornaría a la labor de la expresión escrita”. Hoy me adjudico la libertad de exponerles algunas cosas de lo que observo en el escenario nacional donde pareciera el preámbulo de una lucha enconada o contienda frontal en busca del poder ejecutivo supremo y de los cargos de representación popular en el ámbito legislativo, en algunas gubernaturas y en ayuntamientos del territorio patrio. Con tacto taurino y sin meterme “entre las patas de los caballos” pugnaré por anotar brevemente con objetividad los sucesos y fenómenos cotidianos, a pesar de esa densa nube de noticias falsas, de rumores, de escenarios sombríos y pronósticos funestos.

            En principio se ha propalado el infundio de que nuestro México transita en medio de una crisis generalizada, de que no hay gobernabilidad y que nos encauzamos como comunidad hacia un precipicio profundo, como efecto de la ausencia de un liderazgo consecuente y visionario. Los agoreros falsarios del apocalipsis local se desgarran las vestiduras y proyectan un mensaje de auxilio a los compatriotas para culminar con la barbarie establecida por la actual administración morenista. En su afán enfermizo de exhibir negativamente a un gobierno legítimo avalado por múltiples electores dejan de lado o pretenden ignorar los avances o realizaciones del vigente sexenio, donde –como no ocurrió en los 3 o 4 períodos presidenciales anteriores – ha habido logros en lo económico, en lo político y en lo social. No entro en detalles pero me atrevo a aseverar que AMLO se ha distinguido y superado con creces a sus antecesores y que la frialdad del tiempo y de la historia valorará su desempeño sin apasionamiento. En ese mismo sentido los analistas del porvenir subrayan acertadamente que el tabasqueño dejará pendientes y heredará compromisos a los que le sucederán, porque la república mexicana es compleja y dinámica. México va por buen rumbo, pero subsisten múltiples obstáculos y riesgos por afrontar.

            Por otra parte y en el mismo sendero político – electoral, propicia o genera pena ajena que los dirigentes de los partidos que integran el bloque opositor amplio se subordinen a los intereses de la clase empresarial y con el afán de ganar traicionen a sus correligionarios y además se olviden de los principios o sustentos de sus respectivos institutos políticos. Vergonzosos comportamientos e hipócritas declaraciones emanan de esos sujetos que sin pudor alguno se atreven a proponer soluciones mágicas y proyectos trascendentes poco factibles. Aunado a lo anterior surgen candidatos de todos los colores, sabores e ideologías que anhelan acariciar el éxito únicamente para solventar necesidades personales o de grupo. En ese aquelarre o carnaval politiquero salen a relucir los máximos desfiguros y los defectos humanos; hay especímenes oscuros, incongruentes, vanidosos y veleidosos que más temprano que tarde “enseñarán el cobre”. Esperamos que la ciudadanía ser más participativa y ponga un dique a todos esos advenedizos y pescadores de privilegios.

            Cumplí ya los 81 años y desde el octavo piso existencial he asimilado que los cambios de régimen generan oposición y tal cosa acontece en nuestro suelo patrio, que López Obrador es atacado virulentamente a diario por los sectores conservadores, por los individuos que gozaban antes de privilegios y se supeditaban a las directrices empresariales. Tales adversarios se acostumbraron a vivir en medio de la corrupción y la inmundicia, solapando y fomentando las más obscenas modalidades de enriquecimiento ilícito y todavía sueñan con retornar a ese ámbito vergonzoso de la cueva de Alí Babá, donde se traficaba desenfrenadamente con el dinero público, con el patrimonio del Estado y con los recursos naturales de la nación. Abrigo la esperanza de que tales tunantes no podrán alcanzar su pérfidos propósitos y de que la comunidad nacional posee ya los recursos ideológicos – políticos para impedir tal retroceso.

            Un poco más sosegado, puedo recapitular que nuestro país no puede ni debe regresar a las prácticas añejas y obsoletas. En estos últimos años hemos avanzado como colectividad pero no debemos conformarnos porque todavía subsisten puntos neurálgicos que ameritan ser atendidos, como la inseguridad, los servicios comunitarios a las áreas emergentes, como el fortalecimiento del sistema de salud, el respaldo amplio al campo, el apoyo a las áreas tecnológicas, la lucha contra la drogadicción, así como instrumentar acciones inteligentes que aminoren el fenómeno de la delincuencia organizada. Formulo una respetuosa sugerencia a todos esos fieles seguidores “de las redes”, a los fervientes prosélitos del mundo digital: que no se dejan manipular ni engañar con los datos imprecisos ni con informaciones tergiversadas; es menester acudir a diferentes fuentes para comprobar las aseveraciones vertidas en ese singular mundo de la comunicación contemporánea. De favor, eviten ser víctimas pasivas y crédulas de esa fauna perversa de las medias mentiras y de los ponzoñosos rumores.

JELF/mtvv

Atentamente

Profr. Jorge E. Lara de la Fraga.