ESPACIO CIUDADANO
Ni un edén ni un infierno, México camina por senderos renovados. Todos demandamos honorabilidad, justicia, democracia, paz e igualdad.
Desde hace unos meses he dejado descansar a los pocos lectores de mi columna, toda vez que en uno de mis últimos comentarios indiqué que tomaría voluntariamente mi año sabático para que a partir del 2024 retornaría a la labor de la expresión escrita”. Hoy me adjudico la libertad de exponerles algunas cosas de lo que observo en el escenario nacional donde pareciera el preámbulo de una lucha enconada o contienda frontal en busca del poder ejecutivo supremo y de los cargos de representación popular en el ámbito legislativo, en algunas gubernaturas y en ayuntamientos del territorio patrio. Con tacto taurino y sin meterme “entre las patas de los caballos” pugnaré por anotar brevemente con objetividad los sucesos y fenómenos cotidianos, a pesar de esa densa nube de noticias falsas, de rumores, de escenarios sombríos y pronósticos funestos.
En principio se ha propalado el infundio de que nuestro México transita en medio de una crisis generalizada, de que no hay gobernabilidad y que nos encauzamos como comunidad hacia un precipicio profundo, como efecto de la ausencia de un liderazgo consecuente y visionario. Los agoreros falsarios del apocalipsis local se desgarran las vestiduras y proyectan un mensaje de auxilio a los compatriotas para culminar con la barbarie establecida por la actual administración morenista. En su afán enfermizo de exhibir negativamente a un gobierno legítimo avalado por múltiples electores dejan de lado o pretenden ignorar los avances o realizaciones del vigente sexenio, donde –como no ocurrió en los 3 o 4 períodos presidenciales anteriores – ha habido logros en lo económico, en lo político y en lo social. No entro en detalles pero me atrevo a aseverar que AMLO se ha distinguido y superado con creces a sus antecesores y que la frialdad del tiempo y de la historia valorará su desempeño sin apasionamiento. En ese mismo sentido los analistas del porvenir subrayan acertadamente que el tabasqueño dejará pendientes y heredará compromisos a los que le sucederán, porque la república mexicana es compleja y dinámica. México va por buen rumbo, pero subsisten múltiples obstáculos y riesgos por afrontar.
Por otra parte y en el mismo sendero político – electoral, propicia o genera pena ajena que los dirigentes de los partidos que integran el bloque opositor amplio se subordinen a los intereses de la clase empresarial y con el afán de ganar traicionen a sus correligionarios y además se olviden de los principios o sustentos de sus respectivos institutos políticos. Vergonzosos comportamientos e hipócritas declaraciones emanan de esos sujetos que sin pudor alguno se atreven a proponer soluciones mágicas y proyectos trascendentes poco factibles. Aunado a lo anterior surgen candidatos de todos los colores, sabores e ideologías que anhelan acariciar el éxito únicamente para solventar necesidades personales o de grupo. En ese aquelarre o carnaval politiquero salen a relucir los máximos desfiguros y los defectos humanos; hay especímenes oscuros, incongruentes, vanidosos y veleidosos que más temprano que tarde “enseñarán el cobre”. Esperamos que la ciudadanía ser más participativa y ponga un dique a todos esos advenedizos y pescadores de privilegios.
Cumplí ya los 81 años y desde el octavo piso existencial he asimilado que los cambios de régimen generan oposición y tal cosa acontece en nuestro suelo patrio, que López Obrador es atacado virulentamente a diario por los sectores conservadores, por los individuos que gozaban antes de privilegios y se supeditaban a las directrices empresariales. Tales adversarios se acostumbraron a vivir en medio de la corrupción y la inmundicia, solapando y fomentando las más obscenas modalidades de enriquecimiento ilícito y todavía sueñan con retornar a ese ámbito vergonzoso de la cueva de Alí Babá, donde se traficaba desenfrenadamente con el dinero público, con el patrimonio del Estado y con los recursos naturales de la nación. Abrigo la esperanza de que tales tunantes no podrán alcanzar su pérfidos propósitos y de que la comunidad nacional posee ya los recursos ideológicos – políticos para impedir tal retroceso.
Un poco más sosegado, puedo recapitular que nuestro país no puede ni debe regresar a las prácticas añejas y obsoletas. En estos últimos años hemos avanzado como colectividad pero no debemos conformarnos porque todavía subsisten puntos neurálgicos que ameritan ser atendidos, como la inseguridad, los servicios comunitarios a las áreas emergentes, como el fortalecimiento del sistema de salud, el respaldo amplio al campo, el apoyo a las áreas tecnológicas, la lucha contra la drogadicción, así como instrumentar acciones inteligentes que aminoren el fenómeno de la delincuencia organizada. Formulo una respetuosa sugerencia a todos esos fieles seguidores “de las redes”, a los fervientes prosélitos del mundo digital: que no se dejan manipular ni engañar con los datos imprecisos ni con informaciones tergiversadas; es menester acudir a diferentes fuentes para comprobar las aseveraciones vertidas en ese singular mundo de la comunicación contemporánea. De favor, eviten ser víctimas pasivas y crédulas de esa fauna perversa de las medias mentiras y de los ponzoñosos rumores.
JELF/mtvv
Atentamente
Profr. Jorge E. Lara de la Fraga.