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Calderón vota por EU

Por Ángel Álvaro Peña

ALMA GRANDE

Hay quienes tienen en Estados Unidos una identificación mayor que con la de su propio país. Para ellos lo que se dice y hace es lo mejor que puede sucederle al planeta y no hay nada que lo supere, cuando en realidad las épocas de los imperios ya pasaron y el mundo deberá dividirse en varias partes según su influencia. Ya no hay dueño del mundo, hay regiones de influencia y, sobre todo, autodeterminación de los pueblos.

Los conservadores parecieran tener en su ADN un culto hacia el vecino país del norte, que ha hecho su parte, al invadirnos con una cultura que nos es ajena, en la historia y en las raíces. Pero imponen sus criterios por la cercanía geográfica que consideran su territorio más preciado, olvidando que más de la mitad de su país pertenecía a México, y eso implica la historia y las raíces.

Por muchos años la propaganda del gobierno del vecino país del norte lo autodenominó el país más democrático del mundo. Películas, series de televisión, declaraciones, etc., influyeron en esta invasión. Lo cual es una contradicción ante la existencia de sólo dos partidos, cuando más de 300 millones de estadounidenses no pueden limitar su pensamiento político y social a sólo dos opciones.

Allá hay más de 100 partidos en la clandestinidad, que no pueden trabajar libremente por la censura y represión de las autoridades que los prohíben. El monopolio del poder lo tienen dos partidos, muy similares entre sí, lo único que cambian son sus candidatos. Hay diferentes minorías que no se sientes representadas por ninguno de los dos partidos, la mayoría de la población, de cualquier origen, es carne de cañón para las elecciones, son utilizados por cualquiera de los dos partidos para ganar en las urnas con su ayuda. Esto no puede llamarse democracia.

Dentro de este contexto han estudiado y crecido algunos mexicanos que hubieran querido nacer en el vecino país. Para esa gente el mundo empieza y termina en el territorio estadounidense.

Dentro de ese equipo que afortunadamente disminuye, está Felipe Calderón, quien se robara la elección de 2006, con la complicidad del INE, entonces IFE, quien sugirió que las elecciones mexicanas sean vigiladas, en su totalidad, por Estados Unidos, muy probablemente estaba agobiado por los sumos del alcohol.

Es decir, crea puentes de injerencia e invasión de su país favorito, para restar poder y autodeterminación a los gobiernos de México. Esto quiere decir, además, que sabe que su partido no va a ganar, de otra manera no pediría ayuda al vecino.

Si se estudiaran a detalle las elecciones de ese año, se vería que buena parte del fraude electoral se llevó a cabo en el entonces incipiente voto de mexicanos en el extranjero. El IFE declaró recinto oficial las instalaciones del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, en el campus de Viaducto Tlalpan, que se derrumbaría en el temblor de 1917. Las urnas llegaban llenas, cuando en las actas o en cualquier otro documento no había respaldo que justificara tales cantidades de boletas. Esa es la democracia para Calderón.

La democracia no es la visión unilateral, ni el fraude electoral, ni la injerencia extranjera ni la bebida. Calderón habla mucho para que cuando la justicia lo alcance argumente que se trata de persecución política y no por delitos de corrupción, vinculación con el crimen organizado o traición a la patria. Lo mismo hace Fox, por eso no dejan de hablar tonterías, quieren reflectores para sentirse disidentes y victimizarse después.

Las críticas le llovieron a Calderón, pero él sabe que sus palabras, por absurdas que sean, pueden garantizarle la impunidad cuando caiga a la cárcel. O lo busquen para internarlo.

La sumisión y la dependencia con Estados Unidos caracterizó las políticas de los sexenios anteriores, esto no es una teoría sino una conclusión que puede comprobarse en la memoria, los medios y la historia. Era costumbre que la última palabra en materia de política la dictaba la Casa Blanca y no había poder humano que lo rechazara, a menos que quisiera ser reprimido en los regímenes autoritarios que ahora quieren regresar a gobernar.

En otras épocas resultaría imposible exigirle a Estados Unidos cantidades pertenecientes a los delincuentes juzgados de aquel lado de la frontera y ahora hasta regresan el dinero a las arcas de México. Una jueza de Estados Unidos ordenó la entrega a México de 2 millones 524 mil 50 dólares como parte de la demanda civil que el gobierno mexicano presentó el 21 de septiembre de 2021, en contra del ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna y su esposa, Linda Cristina Pereyra, informó la Unidad de Inteligencia Financiera.

Esto es inédito, pero no la actitud de personajes que representan el pasado y que, lo peor quieren regresar a él.

La simple sugerencia de que un país extranjero supervise nuestras elecciones el próximo año, habla del poco o nulo amor a la patria y del entreguismo habitual de un segmento de la población que está frustrada por no haber nacido del otro lado de la frontera.

PEGA Y CORRE

La gobernadora panista de Chihuahua, Maru Campos, debió empezar a repartir los libros de texto, que había retenido en bodegas, por un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero ahora resulta que varias cajas no se encuentran…