Los registros escritos más tempranos de palabras de origen americano en documentos españoles datan de finales del siglo XV. Curiosamente, términos como “canoa,” de origen antillano y perteneciente a la lengua arahuaca, ya aparecen en el Vocabulario español-latino, compilado por el destacado humanista Antonio de Nebrija en torno a 1495. Esto ocurrió poco después de la llegada de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo.
Gracias a esta tradición escrita temprana, el español actual de América conserva numerosas palabras autóctonas que describen la flora local, incluyendo plantas utilizadas con propósitos medicinales. Estas palabras provienen de lenguas indígenas americanas como el guaraní, el náhuatl o el quechua.
La documentación de esta riqueza léxica comenzó temprano, entre los siglos XV y XVI, cuando las expediciones marítimas trajeron a exploradores, comerciantes, intelectuales y viajeros europeos interesados en descubrir la exótica realidad de América. Los exploradores ingleses, en particular, dejaron una gran cantidad de obras sobre diversas temáticas a partir de la segunda mitad del siglo XVI.
En el campo de la medicina americana de ese período, el mercader británico John Frampton publicó “Joyfull Newes out of the Newe Founde Worlde” en 1577, una traducción parcial de la “Historia natural de las cosas que se traen de las Indias Occidentales” escrita por el médico y botánico sevillano Nicolás Monardes Alfaro entre 1565 y 1574. Esta obra es una extensa farmacopea que recopila sustancias medicinales comunes en América, conservando sus nombres nativos con algunas adaptaciones. Proporciona detalles sobre su preparación, propiedades terapéuticas y otras características útiles.
Un ejemplo posterior es “The American Physitian” (1672), escrito en inglés por el pirata y botánico William Hughes. Esta obra describe plantas nativas de Jamaica, Barbados y Nieves, así como sus aplicaciones medicinales.
Un pequeño glosario de remedios naturales
Este artículo se basa en la AMERLEX-Database, una base de datos en línea y de acceso público que tiene como objetivo principal recopilar de manera sistemática las palabras amerindias y los hispanismos presentes en obras españolas e inglesas de los siglos XVI y XVII. La base de datos incluye información sobre la lengua de origen de cada palabra encontrada en los textos, sus diferentes grafías, el contexto en el que se utilizan y más.
Hasta el momento, la AMERLEX-Database cuenta con 558 palabras relacionadas con el campo léxico de “plantas y flora.” De estas, 105 están acompañadas de descripciones, aunque a veces breves, sobre sus posibles usos medicinales y propiedades terapéuticas.
Destacan términos como “tacamajaca” (náhuatl), cuya resina se utilizaba como emplasto en la región umbilical de las mujeres para mantener el útero en su posición anatómica. También se menciona la “caraña” (indio antillano), que se aplicaba como calmante para tratar el “mal de madre,” una afección del aparato reproductor femenino externo.
El líquido obtenido de la madera del “guayacán” (indio antillano) se creía que curaba la sífilis. El “liquidámbar,” un bálsamo extraído del “ocotzote” (náhuatl), se usaba para limpiar y tratar heridas. La “ceniza del pacay” (quechua), mezclada con jabón, servía como emoliente para tratar problemas en la piel como el eccema.
Otra planta destacada es el “mechoacán” (náhuatl), que se utilizaba en forma de bebida o supositorio para aliviar el estreñimiento, así como para tratar diversas afecciones como la cefalea, el cólico y el dolor articular, renal o estomacal. También se empleaba como antitusivo y antiinflamatorio.
Por último, la raíz del “mozote” (náhuatl) se aplicaba como agente secante y cicatrizante en heridas y úlceras, excepto las bubas venéreas.
La persistencia de una tradición centenaria
A pesar de la distancia en el tiempo, el uso terapéutico de las plantas autóctonas americanas no se limita a una época específica. La medicina tradicional continúa practicándose en varias regiones como parte de la herencia cultural de los pueblos que trataron las enfermedades de acuerdo a sus creencias, conocimientos y recursos del entorno.
El Diccionario de americanismos registra tres significados para “mozote,” uno de los términos mencionados. En Honduras, por ejemplo, se utiliza la cocción de la raíz en la medicina tradicional para tratar el flujo y acelerar el parto. Además, la Biblioteca de la Medicina Tradicional Mexicana incluye recursos como un diccionario enciclopédico, un atlas de plantas y un mapa interactivo sobre la flora medicinal indígena de México con fines de investigación y divulgación.