A partir de la reunión que se lleva a cabo a partir del 4 de octubre todo lo que provenga de los funcionarios públicos del vecino país del norte debe ser analizado con cuidado. Falta más de un año para las elecciones pero, como sucede en México por causas diferentes, el tiempo frente a los reflectores de los medios es fundamental para el triunfo en las urnas.
Las elecciones en Estados Unidos se antojan reñidas, sobre todo porque hay problemas dentro y fuera de su territorio que cuestionan a ambos partidos y sus posibles candidatos. México, tiene la posibilidad de mantener una buena relación con ambos partidos y sus abanderados, aunque haya voces diferentes que intenten invadir nuestro territorio en nombre de la salud de sus habitantes, cuyos adictos se multiplican en cuanto a sus problemas de drogas.
Las guerras invitan a los veteranos a consumir drogas, hasta llegar a extremos de ser el país con mayor consumo en el planeta. En su territorio hay 27 millones de adictos y más de 66 millones de alcohólicos, es decir que juntos fácilmente igualan la población total de México.
Esto les crea un grave conflicto más allá de sus fronteras y el doble discurso de sus funcionarios no pueden establecer reglas claras porque la tercera parte de su población requiere de estimulantes para sobrevivir, y deben tenerlos satisfechos no sólo porque provocaría un desajuste social sino porque la economía de ese país se vendría abajo sin la venta y consumo de drogas.
Ahora, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, visita México el miércoles para discutir con el equipo del presidente Andrés Manuel López Obrador y otras autoridades la crisis del fentanilo y el aumento de la migración en la frontera.
El fentanilo mató en 2021 a 70,000 estadounidenses, un aumento de casi cuatro veces en cinco años. Para 2021, aproximadamente dos tercios de todas las muertes por sobredosis involucraron a este químico.
Sin embargo, la administración de Joe Biden quiere que México extradite a más narcotraficantes y desmantele más laboratorios clandestinos de fentanilo, cuya elaboración prácticamente no existe, si comparamos su fabricación con otros países de donde proviene ya elaborada.
Blinken está acompañado por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas; al fiscal general, Merrick Garland; y a la asesora de Seguridad de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall. Incluye reuniones bilaterales con la canciller mexicana, Alicia Bárcena; una reunión ministerial sobre migración; y el Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad, en el que se discutirán el tráfico de drogas, el tráfico de armas y la migración.
La tensión por el fentanilo ha complicado la relación bilateral en lo que va de año. La canciller mexicana aseguró la semana pasada que su gobierno explora poner en marcha vuelos de deportación a Ecuador, Colombia y Venezuela para aquellos migrantes que se queden varados en las ciudades mexicanas fronterizas con Estados Unidos.
México tiene un tránsito habitual de drogas hacia el norte que no es nuevo. Nació a la mitad del siglo pasado, y de nada sirve que se combata el conflicto en territorio mexicano si del otro lado de la frontera hay 100 millones de personas en espera de drogas y estimulantes provenientes de Sudamérica.
Pero esto ahora es sólo el pretexto para demostrar poderío político. A pesar que nadie puede ocultar que un tercio de la población requiere estimulantes, republicanos y demócratas chantajean, o, por lo menos lo intentan a las autoridades mexicanas para señalarlas como responsables de un problema que tampoco es nuevo ni le ponen remedio.
Es allá donde se lava el dinero de traficantes de todo el continente, los bancos estadounidenses podrían cortar y erradicar, si así lo desean, el tráfico de drogas. Allá hay capos cómplices que son intocables, incluso están protegidos por los propios legisladores.
En noviembre de 2024, se elegirán 33 senadores, además de presidente. Nadie sabe cuántos de ellos pueden ser cómplices de este problema. Por eso y por muchas otras razones, la presión contra México inicia apenas.
PEGA Y CORRE.- La búsqueda de reflectores de quienes estuvieron bajo el embrujo de la aparición cotidiana en los medios, no cesa, ahora, en busca de la recuperación de su fama, el ex presidente consejero del INE, Lorenzo Córdova advierte que Ecatepec, Estado de México es un foco rojo en las elecciones. Cuando era un bastión del tricolor, nunca dijo nada…