El Rey Felipe VI, en su rol como jefe del Estado español, ha tomado la decisión de encargar a Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y actual presidente del gobierno en funciones, la tarea de presentar su investidura ante el Congreso de los Diputados para su reelección. Esta decisión se produjo después de una breve ronda de consultas con los diferentes grupos parlamentarios.
Pedro Sánchez, quien obtuvo el segundo lugar en las elecciones del 23 de julio, por detrás del Partido Popular (PP), enfrenta el desafío de ganar el apoyo de cinco partidos políticos con diversas orientaciones y agendas. Estos partidos incluyen a la coalición de izquierda Sumar, que consta de 15 partidos y que ha sido respaldada por Podemos e Izquierda Unida; los nacionalistas catalanes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya (JxCat); los independentistas vascos de EH-Bildu y el Partido Nacionalista Vasco (PNV); y finalmente, el diputado del Bloque Nacionalista Galego (BNG).
Sánchez necesita el voto a favor de todos estos partidos para lograr la investidura, cuya fecha aún no se ha fijado debido a la solicitud del candidato y la presidenta del Parlamento, Francina Armengol, ambos miembros del PSOE.
El Rey Felipe VI emitió un comunicado desde su oficina explicando su decisión y señalando que el candidato propuesto, en este caso Pedro Sánchez, presentará su programa político ante el Congreso de los Diputados y buscará la confianza de la Cámara. La Constitución establece que es el Congreso quien decide si otorga o rechaza la confianza al candidato propuesto.
Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular (PP), recientemente intentó sin éxito obtener la investidura con solo 172 votos a favor, mientras que se necesitan 176 para lograr la mayoría absoluta. Sánchez, con 121 diputados de su partido y los 31 votos previsibles de la coalición Sumar (aún por confirmar), suma en la actualidad 152 votos a favor, lejos de la mayoría requerida.
Aunque EH-Bildu, PNV y ERC se han convertido en socios parlamentarios del gobierno en la última legislatura, Sánchez aún necesita asegurar su apoyo, lo que hace que las negociaciones sean complejas. Los partidos catalanes han establecido dos demandas fundamentales: una ley de amnistía para quienes participaron en la declaración unilateral de independencia en 2017 y un compromiso para trabajar en la realización de un referendo de autodeterminación.
Sánchez aceptó la encomienda del Rey y reconoció que tiene mucho trabajo por delante para convencer a sus posibles socios, especialmente a los dos partidos catalanes que comparten la misma hoja de ruta y demandas.
En cuanto a las negociaciones y la campaña para explicar el acuerdo de investidura, se espera que el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero desempeñe un papel importante. Hasta ahora, Zapatero se había mantenido en silencio, pero se convertirá en un intermediario potencial con el independentismo catalán para desbloquear las conversaciones y ganar apoyo dentro del PSOE para el pacto. Aunque también enfrenta la oposición del ex presidente Felipe González, quien se ha manifestado en contra del acuerdo de gobierno que está construyendo Sánchez. Zapatero lidera un sector del PSOE que respalda el pacto y argumenta que el partido debe mantener un espíritu constitucional y dialogante.