El martes, grupos de adolescentes enmascarados llevaron a cabo actos de saqueo en tiendas ubicadas en la zona de Central City en Filadelfia. Los jóvenes llenaron bolsas de plástico con productos de las tiendas y posteriormente emprendieron la huida. A pesar de estos sucesos, la policía llevó a cabo múltiples arrestos, según lo informaron testigos y las autoridades.
Uno de los establecimientos afectados fue una tienda de Apple, que fue saqueada alrededor de las 8 de la noche. La policía persiguió a varios adolescentes y logró recuperar iPhones que habían sido arrojados al suelo, además de “un montón de iPads”, según indicó un comunicado policial.
En otro incidente, más de cien personas, aparentemente adolescentes, saquearon una tienda de la marca Lululemon, tal como lo informó un oficial de policía a NBC10 Philadelphia.
Videos compartidos en redes sociales mostraron a individuos con capuchas y el rostro cubierto saliendo apresuradamente de la tienda Lululemon, mientras que agentes de policía detuvieron y sometieron a varios de ellos en la acera, según reportó el diario Philadelphia Inquirer.
Hasta el momento, no se han reportado heridos, aunque se mencionó que un guardia de seguridad fue agredido en una tienda Foot Locker, según lo señalado por CBS Philadelphia.
Es relevante destacar que estos saqueos masivos ocurrieron después de una manifestación pacífica en protesta contra la decisión de un juez de desestimar los cargos de homicidio y otras acusaciones en contra de un oficial de policía de Filadelfia que disparó y mató al conductor Eddie Irizarry a través de la ventana de su automóvil.
Sin embargo, varios comandantes de la policía afirmaron que estos actos de saqueo no estaban relacionados con las protestas previas, según reportes de CBS Philadelphia.
Estos incidentes también coincidieron con el anuncio de Target de cerrar nueve tiendas en cuatro estados, incluyendo una ubicada en el vecindario de East Harlem en la ciudad de Nueva York y tres en la zona de la Bahía de San Francisco. Esta medida se tomó debido a que los robos y el crimen organizado en las tiendas minoristas han comprometido la seguridad de los empleados y clientes.