Astrolabio Político
“Donde hay mucho sentimiento, hay mucho dolor.”
– Leonardo da Vinci.
La fractura aparente que Marcelo Ebrard Casaubón habrá de infringir a Morena ante el resultado de la encuesta (dedocracia) que no le favoreció, será el escenario propicio para que el Plan fraguado con mucha antelación por el presidente Andrés Manuel López Obrador rinda los frutos esperados.
Nadie puede negar que López Obrador es un verdadero mago de la política, conocedor de la entraña e idiosincrasia de la clase política mexicana, heredero de la escuela del ex presidente Luis Echeverría, en eso de jugar al ajedrez de la simulación.
Y es que a nadie más que a Morena favorece el hecho de que Ebrard Casaubón reviente en contra de la dirigencia de su partido, y anuncie a todo pulmón su salida del movimiento del cual fue fundador.
Pareciera increíble que un personaje de la calidad y formación política del ex canciller, volviera a repetir la historia ocurrida hace casi 30 años con su maestro y formador, Manuel Camacho Solís.
Quien también al igual que ahora hace Ebrard, revienta contra el líder moral de su partido y movimiento, como hiciera Camacho contra Carlos Salinas de Gortari, por no haberlo considerado como la primera opción en el proceso de sucesión presidencial que terminó en el magnicidio de Luis Donaldo Colosio Murrieta.
En verdad será iluso pensar que un personaje con la formación política del ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México, se haya creído el cuento que sería el sucesor del presidente López Obrador, cuando desde el primer día de su administración el tabasqueño dio muestras de preferencia por la hoy Coordinadora Nacional de los Comités de la Defensa de la 4T.
Ahora bien, en los hechos, en el tema de la planeación electoral, no hay mejor escenario que hacer competir a tres en lugar de dos, porque así la fragmentación del voto pulveriza la votación del que siempre va en segundo lugar, favoreciendo al que ostenta la mayoría.
De esta manera, el presidente López Obrador pareciera tener el escenario idóneo para poder postergar y prolongar su proyecto transformador. La duda que habrá de permear en la contienda que se avecina es simplemente si, lo tan repetido y cantado por la “encuestitis” método empleado por el Gobierno Federal -para incidir en la conciencia social- desde su llegada al poder para mantener el poder.
En frente la candidata Xóchitl Gálvez que tanto ha ninguneado y despreciado el mandatario federal hoy por hoy le resultará una contrincante muy superior a lo que en principio estimaba.
El riesgo de haber llevado su plan al dedillo, orillará al personaje que ahora abiertamente rompe con la Cuarta Transformación a intentar no crearle más un boquete a Morena que a la contrincante que verdaderamente les representa un riesgo.
La puesta en escena construida por el dramaturgo de Macuspana habrá de tenernos los próximos 10 meses al borde de la butaca, la carrera por la sucesión apenas comienza, y en el momio, aun cuando le da preferencia a Claudia Sheinbaum, la realidad es que parten de un aparente empate técnico.
Aguas a la sociedad con dejarse engatusar con las supuestas mediciones y encuestas que aparecerán por aquí y por allá porque la intención del actual régimen es perpetuarse en el poder, y su realidad, es distinta a la verdad.
Al tiempo.
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