n vuelo de Delta Air Lines que se dirigía de Atlanta a Barcelona en la noche del viernes tuvo que dar la vuelta y regresar al aeropuerto debido a un incidente de diarrea que afectó a un pasajero. El Airbus A350, que tenía 336 pasajeros a bordo, despegó a tiempo el 1 de septiembre, pero tuvo que regresar cuando estaba en el centro de Virginia.
Según un piloto del vuelo DL 194 que se comunicó con el control de tráfico aéreo, la razón del retorno fue el riesgo biológico debido a un pasajero que estaba experimentando diarrea a lo largo del avión.
El vuelo finalmente regresó al Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta un poco más de dos horas después de despegar, según FlightAware. Delta informó que el vuelo se retrasó alrededor de ocho horas en total, pero finalmente llegó a Barcelona sin incidentes adicionales a las 5:16 p.m., hora local del sábado.
Un portavoz de Delta se disculpó con los clientes por el retraso y las molestias en sus planes de viaje, destacando que sus equipos trabajaron rápidamente y de manera segura para llevar a los pasajeros a su destino final.
Este incidente no es el único en el que los fluidos corporales han alterado la experiencia de los pasajeros durante el verano boreal. Air Canada se disculpó esta semana después de que dos pasajeros se les indicara que debían sentarse en asientos que no habían sido limpiados adecuadamente y que estaban cubiertos de vómito de un vuelo anterior entre Las Vegas y Montreal el 26 de agosto.
Además, el 30 de junio, en un vuelo de Air France de París a Toronto, un pasajero encontró que el tapete de su asiento seguía mojado con sangre y diarrea de un pasajero anterior. A pesar de alertar a la tripulación de cabina, se le proporcionaron solo toallitas húmedas y tuvo que limpiar el área por sí mismo antes de que le ofrecieran mantas de clase ejecutiva para absorber los desechos, lo que resultó en una experiencia incómoda durante las siguientes siete horas de vuelo.
