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En política, no todo es comedia, también campea la tragedia

Por Alfredo Bielma Villanueva

Pesa sobre Juan Carlos I, el Rey emérito de España cuya abdicación en 2014 colocó en el trono a su hijo Felipe una tragedia de vida; a partir de su retiro Juan Carlos I ha vivido en el exilio voluntario y muy de vez en cuando regresa a su país. Los escándalos por sus correrías pasionales lo han acompañado, pero quizás medularmente el trágico suceso de la Semana Santa de 1956, cuando accidentalmente accionó un arma de fuego hiriendo de muerte a Alfonso, su hermano menor; no obstante, el comunicado oficial decía: “Estando el infante don Alfonso de Borbón limpiando una pistola de salón con su hermano, la pistola se disparó, alcanzándolo en la región frontal, falleciendo a los pocos minutos…”. El rumor vox populi decía que don Juan de Borbón, el padre, le pedía a su hijo Juan de 18 años: “Júrame que no lo hiciste a propósito”. Las investigaciones dictaminaron un fatídico accidente. “Solo quien carga el bulto sabe lo que este pesa”, dice sabio refrán.

Era el 18 de diciembre de 1951 cuando en la casa marcada con el número 425 de la calle Palenque de la colonia Narvarte se oyeron gritos de alarma por sonidos de disparos de arma de fuego, la investigación señala que en juego de niños, Carlos de 4 años y Raúl Salinas de Gortari de 5, manipularon un rifle calibre 22 matando de manera accidental s una joven de 12 años que trabajaba en ese domicilio. La época del sucedido permitía sofocar a través de influencias esta clase de eventos, más aun cuando los involucrados pertenecían a una familia de padre influyente. Las vueltas que da la vida dan cuenta que ambos niños realizaron exitosa trayectoria política y que uno de ellos la culminó arribando a la presidencia de México.

Cosas Veredes, Mío Cid, los caminos de la vida son difíciles de caminarlos, sin duda, porque los acontecimientos de trágicas consecuencias no discriminan actores ni destinatario, aunque sí impactan para bien o para mal en el decurso del destino humano: como lo sucedido en el negocio de telas “Novedades Andrés”, en Villa Hermosa (Tabasco), donde según lo narrado en el periódico “Rumbo Nuevo” una mala jugada del destino provocó la muerte por disparo de arma de fuego de uno de dos hermanos, algo semejante con lo acontecido en el asunto del Rey Juan Carlos. Curiosamente, también en este caso uno de los involucrados ha alcanzado por su tozudo esfuerzo un elevado protagonismo político. Una minuciosa investigación sobre esta clase de sucesos pudiera suministrar un sinnúmero de elementos para engrosar una larga lista de personajes, que habiendo padecido semejante desgracia, han logrado superar el tenebroso trauma y encumbrarse hasta las más altas instancias políticas, cuyo cometido central radica en la conducción del destino de todo un pueblo. C´est la Vie.