El oportunismo de algunos aprendices de políticos es tan evidente que agreden la memoria de los mexicanos. La saña con la que convocan a los ciudadanos a confiar en ellos es una burla a su sufrimiento y un insulto a su inteligencia, es muestra clara y vergonzosa de personajes como José Manuel del Río Virgen.
Este burócrata de turbia trayectoria ahora intenta reivindicar a su partido, Movimiento Ciudadano, compitiendo por la gubernatura de Veracruz, como si fuera político de carrera y estuviera más allá del bien y del mal.
Coincide con el líder moral de su partido en que ambos estuvieron presos, la culpabilidad o la inocencia de ambos es cuestión judicial, pero en ambos casos trataron de convertir su encierro en una causa no sólo partidista, sino electoral.
Los medios no administran la justicia ni los comunicadores somos jueces, pero sí advertimos el oportunismo y tenemos la responsabilidad de mostrar el cinismo de los políticos que, escondidos entre la multitud de corruptos y evadiendo responsabilidades, quieren ascender en su carrera política.
Cuando llega a la cárcel Del Río Virgen, encuentra una gran cantidad de veracruzanos, calculó más de mil presos sin sentencia por esa ley erradicada por vejatoria y derogada por autoritaria, de ultrajes a la autoridad que, por intereses políticos, revivió el Congreso local de Veracruz, luego de ser tirado a la basura, por órdenes del gobernador.
La injustica en Veracruz no diferencia a hombres o mujeres, basta y sobra con ser una piedra en el zapato para el gobernador o para el secretario de gobierno, para ser encarcelada, como es el caso de Viridiana Bretón Feito, ex presidenta municipal de Ixhuatlán del Café, y luchadora social, a quien encarceló Eric Cisneros sin delito alguno y es acusada por defender los precios del café pero la señalaron por quemar cafetales. El problema es que dentro de la labor periodística de esta comunicadora incomodó a las intocables autoridades de la entidad. Ahora Viridiana se ha convertido también, en un símbolo de injustica social. Aquí los reporteros que tanto escándalo hacen de su influencia política y su sentido crítico, callaron ante el agravio a su compañera.
Al caer en la cárcel José Manuel del Río, Rogelio Franco Castán estaba a punto de cumplir un año en la cárcel por ese delito, inculpado injustamente por una serie de delitos de los que siempre ha sido exonerado, y aún sigue preso.
Desde su liberación Del Río Virgen se dijo no sólo inocente del homicidio del que es sospechosos sino un mártir de la política, asegurando que lo mantenía parado, sin comer, sin dormir, con una serie de arbitrariedades que haría ver a las cárceles de Guantánamo como si fueran un jardín de niños. La exageración de Del Río para atraer reflectores llegó a límites absurdos.
Su delicada actitud ante la prisión fue el detonante para que MC lo convirtiera en héroe, sus declaraciones demagógicas se volvieron consigna para elevarlo a la categoría de candidato a la gubernatura.
Al darse cuenta Ricardo Monreal que su amigo estaba preso, de inmediato se trasladó al Penal, y junto con Dante Delgado, líder nacional de Movimiento Ciudadano, ofrecieron una conferencia de prensa donde declaraban que el gobernador de Morena. Cuitláhuac García Jiménez, actuaba de manera facciosa contra Del Río y más de mil veracruzanos.
Al salir del Río Virgen se comprometió con los familiares de los presos, condenados a una indeterminada sentencia de años, a luchar por su liberación. Una vez afuera no se volvió a acordar de los presos que había defendido con fervor y casi con lágrimas en los ojos. Regresó a su trabajo burocrático como secretario técnico del Senado, trabajo que es meramente legislativo, pero eminentemente político, pero aprovechó la fama que le dio la cárcel para estar frente a los medios y ahora se autodenomina capaz de llevar a cabo una campaña política, donde sólo puede mostrar su mediocridad.
Ahora se vuelve a acordar de los presos políticos que había olvidado y vuelve con la bandera de liberación de presos injustamente por una ley que debió desecharse de inmediato.
Ricardo Monreal, Dante Delgado y José Manuel del Río, estuvieron haciendo alarde de demagogia y exhibicionismo, por varios meses utilizando a los presos y usando a su conveniencia la esperanza de sus familiares.
En la trama del encarcelamiento de Franco Castán, todos son culpables, paradójicamente él es el único inocente, desde senadores, dirigentes de partidos, posibles candidatos a la gubernatura, gobernadores y hasta el propio Presidente de la República, han contribuido por acción o por omisión en el grave delito de mantenerlo en la cárcel.
Cuando salga de la cárcel Rogelio Franco Castán, podrá señalar a los que lo encarcelaron injustamente, a los que prometieron y no cumplieron, a quienes lo traicionaron, a los indiferentes que son es actitud impidieron su libertad, a los que utilizaron a los presos como bandera política, a los que sólo hablan de injusticia como retórica en el discurso de campaña, entre otros muchos.
La historia del ex líder estatal del PRD, diputado federal por ese partido, que tomó protesta en la cárcel, usado por su propio abogado defensor para ocupar su curul y dejar en el abandono a auténtico legislador, es una leyenda de injusticia.
Cada delito que implicaba a Rogelio Franco, impulsaba otro nuevo para impedir que alcanzara la libertad. Así, la llamada Ley Franco, sirvió de pretexto para encarcelarlo no sólo para sacarlo de la jugada electoral sino que se creó a la medida para mantenerlo inerme e imputarle tantos delitos como fuera posible hasta dejarlo sin la diputación que nunca fue tomada en cuenta por ninguna autoridad, misma que debió no sólo liberarlo sino entregarle la curul que finalmente ocupó su abogado defensor el también perredista, Jesús Velázquez.
Las figuras que fortalecen a un líder están conjuntadas en un personaje que se ha vuelto grande a causa de los castigos recibidos por todas las banderas, todos los colores y todos los intereses.
Franco Castán fue detenido con el pretexto de una vieja rencilla tan insignificante como artificial, levantada por su pareja, las hijas Viviana y Luisa, aseguraron que dicha acusación era falsa y dieron su apoyo incondicional a su padre. Encabezaron marchas, dirigieron protestas públicas, hicieron declaraciones a los medios, etc. Ambas piden que se termine el acoso de las autoridades contra su padre.
Rogelio Franco caminó al lado del Presidente de la República lo acompañó en el plantón de Paseo de la Reforma, encabezó mítines en defensa del voto, no es una persona desconocida para el Presidente de la República, fueron amigos, ahora lo desconoce a pesar de haber compartido luchas, consignas e ideas.
Ahora, un juez federal otorgó al ex secretario de Gobierno y diputado federal electo, Rogelio Franco Castán, una nueva sentencia en la cual la justicia federal lo ampara y protege contra la prisión preventiva justificada dictada en el proceso de retención de menores, delito del que fue exonerado desde hace tiempo.
Ante esta situación, se ordenó que el juez de control responsable fije fecha para audiencia, misma que no deberá exceder de 5 días para que deje insubsistente la prisión preventiva justificada y se impongan las medidas cautelares que correspondan.
Los medios, dentro y fuera de la entidad, conocen el caso de tal suerte que, a pesar de la contundencia del fallo de un juez federal sobre la sentencia de un juez de control, dudas que en realidad pueda obtener su libertad.
En cambio, las figuras endebles ideológicamente y con amigos en el Senado, salen de prisión dejando serias dudas sobre su culpabilidad; en cambio, los inocentes permanecen encerrados, purgando condenas por delitos que no cometieron.
La guerra contra Rogelio Franco no cesa, por lo que se duda que, a pesar de que debe salir en libertad en cinco días, hay quienes aseguran que alcanzará este objetivo hasta que terminen su periodo el Presidente de la República o el gobernador del estado, porque sin duda se trata de un preso político.
PEGA Y CORRE
Al PRD no le quedó otra alternativa que agachar la cabeza y seguir dentro del Frente Amplio por México, luego de que discriminaron a sus candidatos. Saben que solos se mueren y acompañados pueden alargar su agonía.