El fútbol se convirtió en un alivio temporal del estrés provocado por la migración para un grupo de migrantes en Ciudad Juárez. La Copa América Migrante, realizada el pasado jueves, reunió a migrantes de Venezuela, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras, Perú y México, quienes sudaron la camiseta en un emocionante torneo para poner en alto el nombre de sus países.
A pesar de los duros y peligrosos caminos que han recorrido para llegar a la frontera con Estados Unidos, durante el torneo los participantes pudieron olvidar por un momento sus preocupaciones y sentirse protagonistas de un “mundial migrante”. El evento fue una oportunidad para despejar sus mentes y sentirse conectados con sus países de origen al vestir con orgullo las casacas nacionales.
El torneo, organizado junto con la Marina, contó con equipos representando a cada país y generó un ambiente de camaradería entre los migrantes. Durante la final, el himno de Venezuela fue coreado a capela mientras el equipo competía contra Guatemala. Aunque hubo porras y rechiflas contra el actual Gobierno de Venezuela, el espíritu deportivo y la unidad prevalecieron.
El partido final terminó empatado 0-0 en tiempo regular, pero Venezuela se impuso 3-0 en penales, con su arquero Diego Rafael Pérez como jugador más valioso, bloqueando todos los tiros de Guatemala. La victoria desató una celebración llena de alegría y euforia, con los venezolanos recibiendo la copa y comparándola con la felicidad de cruzar la frontera.
Esta iniciativa deportiva, además de brindarles un momento de distracción, busca ayudar a los migrantes a bajar el estrés generado por su situación y promover la integración y la interculturalidad entre la población local y los migrantes. El torneo mostró que, a pesar de las diferencias de origen, todos pertenecen a un mismo equipo y están dispuestos a apoyarse mutuamente.