Uncategorized

AMLO: Samuel o Colosio. Dante y sus circunstancias

Por Alfredo Bielma Villanueva

“Ve el temblor y no se hinca”, éste refrán muy conocido hace referencia al desmedido afán de cerrar los ojos y la conciencia frente a los acontecimientos que la realidad impone; en nuestro caso, a escala nacional se refleja en un escenario pleno de múltiples problemas (inseguridad, salud, inflación económica, deficiente infraestructura etc.) cuya solución aún permanece como asignatura pendiente y se avizora lejos de ser alcanzada. Esta reflexión viene a cuento por la insistencia presidencial de abordar el tema sucesorio cuando al país lo estremece una espesa nebulosa de violencia encarnada en asesinatos, extorsión, secuestros, desapariciones y muchos etcéteras más. Sin embargo, al parecer, en el gobierno la primera prioridad consiste en ganar la elección de 2024 para permanecer al frente del timón del poder político.

No obstante, debemos reconocer que el tema sucesorio también es de central importancia, porque lleva implícita la necesidad de revisar el rumbo programático en el combate a la delincuencia, y debe ser una de las propuestas fundamentales de quienes pretenden alcanzar el rango de primer mandatario de México, aunque de entre quienes lo buscan por Morena, excepto Marcelo Ebrard, ni la señora Sheinbaum ni Adán López todavía no se atreven a exponer una estrategia diferente a la actualmente en vigor. Sin embargo, en congruencia con su estrategia electoral el presidente se permite sugerir a Movimiento Ciudadano que Samuel García o Luis Donaldo Colosio serían “buenos” candidatos para disputarle a Morena la presidencia de la república. Obviamente, le faltó agregar que serían los más cómodos para esa competencia, pues se acomodarían como candidatos ad hoc para dispersar el voto opositor y de esa manera Morena asegurar el triunfo solo con su “voto duro” unido al “voto útil”. Habrá que esperar la respuesta de Dante Delgado, quien comienza a sentir la presión que lo obligaría a definirse: o va con el Frente opositor o participa postulando como abanderado a quien quiera personificar una candidatura deficitaria para competir, aunque de entrada nacida para perder. Es verdad, normativamente el proceso electoral aún no arranca, sin embargo, en los hechos lleva ya camino andado y la hora de las definiciones cada día está más cerca, por lo cual se antoja interesante observar cómo resolverá Dante Delgado la participación de su partido, porque Alfaro y Colosio ya dijeron que no van, y esa negativa sugiere la idea de si adoptan esa postura porque no desean ser utilizados solo como señuelos de una competencia simulada, tras la cual podrían esconderse móviles muy ajenos al espíritu opositor. Allí sí, es Dante y sus circunstancias.