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La educación. Drama y pasión

Por José Antonio Medina Aguilar

PIENSO, LUEGO ESCRIBO

Por Akiles Boy*

A la comunidad El Arbolillo, una de las más alejadas de la cabecera municipal llegó Raúl, un profesor recién egresado. El viejo autobús de pasajeros se detuvo en una orilla de la carretera, bajó con la maleta en la mano y la mochila sobre la espalda. Su curiosa mirada recorrió el paisaje,  en el fondo verdes montañas, y más cerca, planicies  desbordantes de cultivos, que anunciaban buenas cosechas. Esbozó una sonrisa poniendo de manifiesto su orgullo por ser un educador. La Secretaría lo había asignado a esa localidad marginada de la sierra.

Le esperaba un trabajo arduo en el poblado, que a leguas mostraba sus carencias. Agua potable y alcantarillado, de las más notables. La escuela, una construcción de madera y techo de lámina, tenía dos salones con el mobiliario elemental, además dos libreros improvisados con cajones puestos unos sobre otros, donde se veían unos libros de texto polvosos. Su labor más importante, enseñar a treinta niños, sin importar el grado de primaria que cursaban, además realizar actividades administrativas y en la parcela escolar.      

La instrucción fue presentarse con el comisariado ejidal y los padres de familia encargados de la escuela. Transcurrían los años de los seseentas y ese panorama se repetía en muchas comunidades del País. El profesor se sumaba a los líderes formales de la localidad, junto al sacerdote que oficiaba eventualmente en una capilla apenas con lo básico, y el medico que contaba con un precario consultorio y un pequeño inventario de medicinas. Los padres le buscarían alojamiento y quien le diera los alimentos.

Esa corta ficción es mera referencia, más complejo todavía, fue encontrarse cumpliendo esa misión en el siglo pasado, en un contexto tan especial como las colonias o campamentos de migrantes, es el caso de los jornaleros agrícolas y los trabajadores de los ferrocarriles. Precisamente de este último entorno, surge la conmovedora historia que cobra movimiento en la película El Último Vagón, una de las más recientes producciones mexicanas, trasmitida por una plataforma de streaming.

El guion basado en la novela de la española Ángeles Doñate, muestra las realidades del sistema educativo nacional. La escritora se inspiró en el modelo de escuela que surgió durante el desarrollo de la industria  ferroviaria en México, cuando un vagón funcionaba como salón de clases para enseñar a los niños de las familias de los trabajadores que laboraban en la construcción y reparación de las vías.

La cinta, dirigida por Ernesto Contreras, recrea en un ángulo, la relación ideal,  deseable de docente y alumno. Ikal,  hijo de un obrero de los ferrocarriles, que sueña con ser maestro y Georgina, personaje interpretado por la excelente actriz mexicana Adriana Barraza, una profesora con gran sensibilidad, vocación y compromiso social, que en medio de circunstancias adversas, está dispuesta a cambiar el futuro de sus estudiantes. Completan el elenco principal, un grupo de estupendos actores infantiles y jóvenes que irrumpen en el actual ambiente del cine nacional.

En una simple percepción, podría calificarse como una historia sencilla y común en cualquier medio rural de un País subdesarrollado, sin embargo, posee los ingredientes emocionales que logran conmover y provocar la reflexión. Con ingenio y sutileza se plantean en el drama: la situación del sistema educativo y los esfuerzos de los verdaderos docentes que reclaman la valoración de su trabajo y la dignificación  de los espacios escolares. Por otro lado, se puntualiza la importancia del cuidado de la naturaleza; la trascendencia de descubrir y potencializar las capacidades de los alumnos y la permanente motivación para mantener vivos el amor propio y la autoestima. Por último, pero no menos relevante, el valor de la amistad y solidaridad en momentos cruciales de la vida. En fin, un filme que sirve de pausa o respiro en un espectro televisivo y cinematográfico saturado de violencia y contenidos sexuales. Hasta la próxima.   

8 de junio de 2023

*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.

*Miembro de la Red de Escritores por el Arte y la Literatura, A.C.