Columnistas

El mito de la división de poderes

Por: Lenin Torres Antonio

A propósito de la presidenta de la Suprema Corte de Justicia Norma Lucía Piña Hernández y su contubernio con el poder político y delincuencial

Crónicas Ausentes

He dicho que la oposición política en México es pobre, ignorante e insensible, aunque esto muy bien se puede aplicar a toda la clase política absorta y absorbida por la lucha por el poder público, que bien podríamos decirla de otra forma, metida ciegamente en la lucha por manejar el erario público, y dudo mucho que sea porque realmente lo quieran para resolver la crisis pública que todavía vive los mexicanos en inseguridad, pobreza y desigualdad.

He metido la mano al fuego por el presidente Obrador porque ha demostrado que realmente le ha interesado resolver estos graves problemas que vive la sociedad mexicana, y que su gobierno ha sido un gobierno para los pobres y marginados, aunque todos sabemos que su sexenio no sería suficiente para hacerlo, e incluso, para cuando menos dejara los cimientos de la 4ª Transformación pacífica de México, pues esto implicaba construir una nueva clase política, crear una nueva cultura política, hacer de MOREN A un auténtico partido político democrático y progresista, y, regenerar la democracia y el poder político, en cuanto a la nueva clase política no pudo evitar que la emigración de pseudos obradoristas se hicieran con la columna vertebral del movimiento morenista, y estos sean los que representen esa vieja-nueva clase política con la misma mentalidad rapaz y los mismo vicios políticos que tanto han dañado a México.

Pero como dice el viejo refrán popular “de lo malo, lo menos malo”, aunque esto no sea lo que realmente necesita México, ni siquiera un alivio, pero tengo la esperanza que esa nueva generación que está ahora detrás de esa columna vertebral más temprano que tarde se haga con la conducción del reto y la urgencia para México de consolidar la 4ª Transformación pacífica de México. Lo malo, la clase política prianista, miope, con corto da mira, y alejada de la realidad de que esa 4ª T. es responsabilidad de todos los mexicanos, sigue actuando igual,  acechando los “errores” del gobierno del presidente Obrador para magnificarlo y hacer de ellos su estrategia política, esperando el milagro que nunca llegará pues durante esos 5 años desde que perdieron el poder no han podido ni renovar su liderazgo, ni elaborar un proyecto de país que pueda competir con el del presidente Obrador, y abrumados por el éxito de las políticas públicas de AMLO, se han dejado arrastrar, uno, por un liderazgo externo y pernicioso en la figura de un clasista como lo es Claudio X. González, que en representación de la derecha internacional, recibiendo subsidio del mismo gobierno de EEUU, dicta lo que se dice y se hace a los partidos político PRI, PAN y PRD, y eso es lamentable, y dos, continúan en contubernio con el poder mediático y económico, y últimamente se ha visto que hablan el mismo idioma del poder judicial, que salió del closet y demostró para quien siempre ha trabajo, los intereses económicos y delincuenciales.

La ministra Norma Lucía Piña Hernández desde que llegó a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, liberó las “honestas” cuentas  bancarias de la esposa de Genaro Luna, dejó en libertad a varios maleantes, y se enfrentó directamente al poder ejecutivo, y como a todos esos reconvertidos en estridentes revolucionarios y acérrimos defensores del estado de derecho, les podemos preguntar, por qué no actuaron de la misma forma anteriormente con los gobiernos neoliberales que hacían y deshacían con la ley, que a ésta se la pasaban “por el arco del triunfo”, pero sale sobrando hacer esa pregunta, porque jamás la han contestado ni la contestaran, es tal su disfunción que se compartan como si fueran dos personas con el mismo cuerpo, la otra fue la mala y ésta es la buena, así que a hacer historia con la persona honrada y buena que ahora son, y portarse y apegarse a la ley, y respetar la sagrada y santica constitución en estos tiempos peligrosos “rojillos”.

La división de poderes es un mito ilustrado, que debería estar y no está, en algunos países semi está y semi no está, pero en la mayoría es absorbida por el poder ejecutivo que por lo regular representa al poder fáctico económico de los que mandan si ser políticos, como lo es y hace Claudio X González con el bloque opositor prianista, que con el poder del money les ordena lo que hay que hacer, pues es a través de él, que la élite empresarial y la derecha internacional les hace llegar los recursos financieros, que le da para que Alito pueda pagarle al asesor estrella español Antonio Sola 8 millones de dólares. Así que aquellos que apelan a esa división de poderes y al purito constitucional viven un mundo que no existe, pues al romperse ese feliz maridaje entre el poder judicial,  poder ejecutivo y poder legislativo, con la llegada de AMLO a la presidencia de la república, tuvieron que reorganizarse, y hacer fortalezas desde donde oponerse a la falta de ideas y debate, e hicieron como lo vimos del INE su bastión caído, y ahora al Poder Judicial, les falta que salgan a marchar #todossomospoderjudicial. Las evidencias del comportamiento faccioso e imparcial de la ministra presidente Piña son irrefutables, y no hay manera de defenderla, pues deja ver a los mexicanos que pertenece al mismo bando delincuencial de cuello blanco.

México entre la espada y la pared, con la necesidad urgente de un relevo generacional de la clase política, y una oposición enferma y perversa, claro, creo que el presidente Obrador ante esas circunstancias que les comenté más arriba, apuesta a que sea Claudia Sheimbaum su sucesora, pues de lo malo es lo bueno, pues no pertenece a ese pasado, y en base a una entrevista que vi y escuché, pude percatarme que tiene cierta idea que la 4ª T. está en un tiempo por venir, y que se necesita que todos los mexicanos asumamos el reto de consolidarla con un sistema de partidos políticos democráticos, un estado transparente y sustentable, y una democracia verdadera. Lo demás caerá por su propio peso por el bien de México.