Prosa aprisa
¡Caramba! Quién se lo iba a imaginar. Ahora resulta que Ricardo Monreal está convertido en un defensor hasta la ignominia de Andrés Manuel López Obrador.
Dolido por el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que tiró la primera parte del Plan B de la Reforma Electoral de su ahora amado líder, amagó a los ministros que votaron a favor con llevarlos a juicio político.
En realidad, lo que reflejó ayer es que está ardido, muy encaboronado por el golpazo legal a su jefe y el júbilo que estalló en millones de mexicanos que celebraron que la ministra Norma Lucía Piña se le plantara enfrente al de Macuspana y le dijera y recordara que la ley es la ley.
“Yo les pido mesura a quienes defienden a los ministros de la Corte, soy partidario de la división de poderes, que quede claro, pero no aplaudo los excesos, el derroche, tampoco aplaudo el abuso y los privilegios excesivos”.
Po’s cómo no iban a estar alegres, eufóricos, los mexicanos que se impidiera que solo porque son mayoría en el Congreso los morenistas hicieran lo que quisieran, incluso que pasaran por encima de la Constitución.
Está muy ardido porque por un mal cálculo político, cuando se había venido comportando con autonomía y mucha dignidad política, de pronto se dobló y se tiró a los pies de AMLO solo porque lo invitó a una reunión en el Palacio Nacional y ahora está y quedó atrapado en el grupo de legisladores lambiscones, lacayunos, serviles, rastreros.
Se quitó la careta, la máscara con la que había venido actuando y que hizo pensar que en realidad lo animaban los mejores propósitos de dignificar el oficio político. Bastó una sobadita de lomo para que extasiado saliera a proclamar: “Prefiero ser nada, prefiero no participar en nada antes que traicionar al presidente”.
Como digo una cosa, digo otra
Todavía el 15 de diciembre pasado, en la primera votación del Plan B había manifestado: “Afirmo y sostengo que algunas de las normas que pudieran aprobarse esta noche pueden alejarse de los principios constitucionales y esa es mi defensa. Soy legislador y es un honor y un privilegio serlo; soy académico y asumo con integridad lo que enseño en las aulas de la División de Estudios de Posgrado de la UNAM, y soy político, servidor público, que corre riesgos y asume compromisos con la sociedad”.
Resultó puro cuento. De su estirpe camaleónica habla el hecho de que el lunes, luego del fallo de la SCJN lo celebró, porque dijo que daba constancia de que existe un equilibrio de poderes y contrapesos. Para él, la Corte había enmendado la plana al Poder Legislativo y como nunca se demostraba que en el país hay equilibrio y un contrapeso en las decisiones que se toman, ya que “no hay un poder que se sobreponga a los otros”.
Remató: “Hoy nos tocó al Poder Legislativo que nos enmienden la plana porque lo que se aprobó, a juicio de ellos (los ministros), fue con vicios en el procedimiento y ellos tienen los elementos porque la Constitución los consagra como la instancia de revisión de nuestros actos”. Ayer salió a amagar con llevarlos a juicio político. ¿Se le desconchinfló la mollera como ya saben a quién?
Cuitláhuac, sigue en pie con su protesta
Hasta anoche, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez mantenía en pie su viaje a la Ciudad de México el próximo sábado para participar en la concentración “pacífica” frente a la sede de la Suprema Corte.
Según él, la concentración será “Por la defensa de la soberanía del pueblo y contra la corrupción que invade a la SCJN”. Se sumó a la convocatoria de los diputados locales de su partido y él la hizo extensiva “al pueblo de México a defender la democracia y su soberanía”.
Corrían versiones, no confirmadas, que a toda prisa estaban organizando un acarreo masivo de trabajadores para llevarlos a protestar y no correr el riesgo de que solo se viera un pequeño grupo, que de todos modos, por muchos que lleven, se verán muy pocos ante la inmensidad del Zócalo, a solo unos cuantos pasos, y por la magnitud de las concentraciones que han tenido lugar en la plaza emblemática.
Por los cambios repentinos que se dan en algunos políticos, como en el caso de Ricardo Monreal, no será ninguna sorpresa si de repente se aparece y se les suma, porque resulta que ahora ambos, otrora enemigos políticos, están en el mismo bando y defienden la misma causa.
Tampoco sería raro que llegara y se les sumara Claudia Sheinbaum, la candidata de AMLO a sucederlo y candidata de Cuitláhuac, que, pensando mal, en una de esas fue ella las que le dio cuerda a los de acá para que vayan a manifestarse y solo se monte para que no la acusen que fue quien organizó la protesta con recursos público de la CDMX.
Mal asesorado
Las opiniones que leí y escuché ayer es que el gobernador está mal asesorado y que la manifestación le puede desatar una lluvia de críticas, pero ahora en los medios nacionales, porque al parecer equivocó el objetivo.
Lo que se piensa es que se quiere hacer notar ante el presidente, que está con él y lo acompaña en este crítico momento que pasa por el duro revés, pero entonces su viaje a la capital del país debiera ser para ir y pararse frente al Palacio Nacional, donde vive, y desplegar una manta gigantesca manifestándole su apoyo.
O en todo caso debe mandar redactar un texto de apoyo con alguien que sepa para publicarlo en un gran desplegado en los principales diarios de la capital del país, y de paso dejar consignada para siempre ahí su postura.
El solo hecho del anuncio de que va a ir a protestar a la capital del país le desató críticas en las redes sociales, con señalamientos de que no ha leído la Constitución, no sabe de Derecho, no sabe que hay una división de Poderes y que cada uno es autónomo, que el Poder Legislativo tiene sus propias normas legales y de procedimiento que no se pueden violar ni violentar, y que mientras que los ministros razonaron su voto en forma abierta, él no lleva ninguna prueba de la corrupción de la que los acusa, salvo su dicho.
Ayer algunos periodistas de la Ciudad de México, incluidos caricaturistas como Garci, que publica en El Financiero, le enderezaron críticas por su protesta.
El influyente diario El Universal, en su columna política más leída, “Bajo Reserva”, le dedicó un amplio comentario: “Morenistas preparan nueva ofensiva contra ministros de la Corte. Nos adelantan que, desde Veracruz, 35 diputados locales de Morena y el gobernador Cuitláhuac García están tan enchilados con el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con el que por mayoría de nueve votos, quedó anulada la primera parte del Plan B del presidente López Obrador en materia electoral, que amenazan con cercar el edificio de la SCJN para hacer visible su enojo. Nos dicen que solo falta decidir si se anexarán el mini plantón que tiene Morena enfrente del edificio de la Corte, o, por separado, se dedicarán a injuriar a los ministros. Nos dicen que los funcionarios morenistas acudirán a la sede de la Corte hasta el sábado 20 de mayo, porque, nos precisan, hay que preparar los víveres y la lista de patriotas acarreados que quieran participar voluntariamente en la protesta. Sin embargo, nos hacen ver que quizá la movilización está planeada así, para no tener que dar dos vueltas y protestar por la anulación de la segunda parte del Plan B, que dada la votación de ayer está prácticamente anunciada. Ese sí es un plan ganador de los morenistas, pues no tendrán que dar dos vueltas a la capital”.
Con la protesta allá veo dos riesgos: que les lluevan las críticas en los medios nacionales y que no falte quien les envíe un provocador o un grupo de vándalos que arme un jaleo para acusarlos de violentos.