Columnistas

El intento de hacer gobierno social neoliberal

Por Lenin Torres Antonio

A propósito de los dañinos chapulines a la 4ª T. y el único sobreviviente del obradorismo en Veracruz: Manuel Huerta.

Crónicas Ausentes

¿Se nace con ideología o se adquiere la ideología ?, parece ser una pregunta ociosa y absurda, pues hace mucho tiempo se piensa que “la ideología” es un constructo del hombre, y, por lo tanto, se adquiere a través de la educación, la familia, o cualquier agente externo que pueda ir introyectando coordenadas conceptuales y epistémicas que nuestra cognitividad pueda procesar para llegar a tener una idea específica de mundo y de sociedad, y en la vida social poder defenderla, aplicarla y argumentar, pero también vemos como un sujeto ideologizado, parece que sólo mimetiza y reproduce de forma acrítica determinada ideología, y esto nos lleva otra plano de discusión que tiene que ver con la alienación o enajenación.

Cuando hablamos de “ideología” parece que hacemos referencia a cierto grado de dogma, pero esto tiene que ver con el grado de enajenación que secundariamente provoca “la locura de dos”, uno, el ideólogo (líder) que construye la visión de un tipo de sociedad, y, otro, el alienado que repite las consignas sin someterlas a un examen crítico de la realidad, dogmatismo que le permite reproducir sus anhelos y esperanzas aun sin constatar su viabilidad.

También podemos hablar de un tercer tipo de persona que interviene en la política sin estar ideologizado, pero tampoco es creador de ideología, y pertenece a una dimensión antropomórfica de la apariencia, pues sin asumir la ideología, ni alienarse, actúa la ideología como un forma de incorporarse a la ideología predominante que sostiene el poder público, a este tipo de político que se le nombraba como tránsfuga o chapulín por la capacidad de brincar ágilmente, como lo hacen lo insectos llamados chapulines, langostas, saltamontes, charates, burras, sanagustines, de un partido político a otro, pero este fenómeno tiene que ver con la caída del debate ideológico y la predominancia del pragmatismo político.

En la historia política moderna hemos contrapuestos dos ideologías, el neoliberalismo y el socialismo (comunismo), y todavía hoy vemos, pese a la caída del muro de Berlín y la supuesta caída de las ideologías, decantarse los hombres, o bien por un pensamiento social o bien por un pensamiento privado, este último pensamiento, lo nombra la narrativa occidental con el eufemismo de “mercado social”, tratando de introducir el sesgo social o comunitario en el capitalismo, a todas vistas un intento engañoso y contradictorio.

A la caída del experimento social soviético, que lo interpretan como la caída de la lucha ideológica, que muy bien se puede traducir en el empoderamiento de una sólo ideología capitalista-neoliberal, aunque hoy el mundo cuestiona la ideología dominante neoliberal, puesto que durante todo ese tiempo que ha predominado no ha podido construir un mundo con justicia social, es decir que la democracia no pudo evitar que la acumulación de las riquezas que se producen en el mundo cayeran en las manos de unos cuantos países, y en cada país, en las manos de unas cuantas familias o pequeñas élites económicas que usan la política para mantener la plusvalía de sus riquezas.

La pérdida del debate ideológico trajo como consecuencia “el pragmatismo político” que consiste en técnicas para mantener o prolongar el poder público y económico, no obstante, la crisis del coronavirus, la crisis energética, y los reacomodos geopolíticos que buscan la instalación de un mundo multipolar, y la resistencia del imperio norteamericano y sus aliados de mantener su predominio geopolítico, reacomodo que trajo como consecuencia que se desatara una cruenta e irracional guerra en Ucrania, trajo una crisis de la narrativa neoliberal, provocando que el consciente colectiva debate sobre la viabilidad de esa narrativa occidental, anteponiendo no la opción ideológica comunista, sino la democracia totalitaria de un estado unipartidista (Xi Jinping) o unipersonal (Putin), subyace en ese debate y confrontación el fracaso humano del bienestar para todos, y se introduce la dimensión de la selección natural en lo social.

Cómo introducir lo social (el bienestar de todos) en un sistema neoliberal egoísta y perverso, lo experimentado hasta hoy no nos da datos ni señales de que sea posible, aunque en la narrativa seguimos insistiendo en construir un mercado social para humanizar el capitalismo salvaje.

El caso mexicano obradorista es un ejemplo paradigmático de un intento de hacer gobierno social (justicia social) neoliberal, aunque realmente no sé si no hubiera habido las coyunturas macros (el reacomodo geopolítico, la crisis energética y la pandemia del coronavirus) hubiera sido suficiente con la honradez del gobierno obradoristas para llevar a cabo una política social exitosa dentro de ese modelo económico que se mueve siempre con un plus de ganancia para una pequeña élite económica, como hasta ahora lo está logrando.

La lucha de AMLO se inicia con una escisión del hegemónico Partido Revolucionario Institucional, y a partir de ahí, vimos a un hombre que su escisión no fue producto de la búsqueda del poder por el poder, sino que era producto de profundas convicciones humanistas e ideas sociales, así que gracias a esos basamentos sólidos pudo resistir el acoso del conservadurismo de la clase política en el poder público, el poder mediático y la minúscula élite económica que habían venido saqueando a México, y mantener una permanente lucha frontal por llegar al poder público, y así iniciar un intento de una transición democrática y una ruptura con el modelo político y social que había incrementado la desigualdad, así como, había provocado la severa crisis pública que todavía en algunos indicadores vivimos severamente los mexicanos.

Dos factores incidieron para la pérdida del poder de esa clase política “revolucionaria” en el 2018, la permanente lucha frontal que les hizo AMLO con un grupo de excepcionales mexicanos, y la falta de un relevo generacional prianista que vino a degenerar el ejercicio del poder político, caracterizando los últimos cinco gobiernos conservadores por incompetentes y corruptos.

Hemos podido ver cómo el poder enferma a las mentes débiles, y apuntala el narcisismo de los gobernantes, además fuimos testigo como los que lucharon desde todos los rincones de México por el triunfo de AMLO en el 2018 fueron sustituidos por una banda de tránsfugas prianistas, llegando hacerse en la mayoría de los casos en los estados con la estructura de poder público, ocupando importando puestos de gobierno para reproducir sus comportamientos prianistas, además que a partir de la apertura que dio AMLO a la carrera presidencial han hecho de esta una elección de estado a la vieja usanza política.

Educar al hombre para los asuntos de la vida en la ciudad implica hacer que todos los ciudadanos hagamos política y que entendamos que ésta no es asunto sólo de los políticos, pese a que en los tiempos que vivimos en que la cercanía es cercenada por la virtualidad resulta más difícil hacer comunión.

Andrés López Obrador ha encabezado una cruenta lucha contra el conservadurismo para limpiar la política, y ha habido allegados que no han titubeado en ningún momento por ser coherente y leales al movimiento de la 4ª T, aunque desafortunadamente son los menos, pues el fenómeno de los tránsfugas o chapulines que han arribado como bandas de forajidos cubiertos en pseudo obradoristas y pseudo revolucionarios ha sido difícil que lo que pregona y lucha el presidente Obrador se replique honesta y sinceramente en los estado de la república mexicana, como el caso Veracruz, que el relevo de los consejeros nacionales de MORENA fue captado por esa banda de tránsfugas y pseudo obradoristas, haciendo de esa elección una elección de estado, y ahora en la carrera presidencial, han hecho de la preferencia hacia Claudia Sheimbaum una elección de estado, tapizando con dinero público de lonas de la jefa de la ciudad de México acompañada cariñosamente por el presidente Obrador, dejando a un lado el gobierno del estado de Veracruz la imparcialidad y la pluralidad.

De los pocos sobrevivientes de los auténticos obradoristas, apegado a luchar por la 4ª T. desde su función público como delegado estatal de la Secretaría de Bienestar en Veracruz, Manuel Huerta es quien apelando a la coherencia democrática merece ser tomando en cuenta y reconocido como la mejor alternativa de los veracruzanos para rectificar la 4ª T. y sea el gobernante que necesita Veracruz, y esta apreciación no es producto de mi subjetividad, pues sé que fueron de los pocos líderes veracruzanos que se mantuvo firme señalando al viejos régimen corrupto, y luchando por la llegada de AMLO a la presidencia de México, les invito a revivir su férrea defensa en contra de la reforma energética apátrida peñista (1) y constatar su lucha social en Veracruz.

Sé que en el 2024 México se juega la viabilidad de una verdadera 4ª T., pero sin una clase política sana mentalmente, sin liderazgos que garanticen la continuidad de la lucha que emprendió el presidente Obrador de hacer de México un país justo, y sin la consciencia plena que sólo con una justa redistribución de las riquezas que produce México no podremos hablar de una 4ª T., a sabiendas que el conservadurismo opositor prianista tampoco sea la opción para México, debemos luchar porque el obradorismo se imponga al morenismo contaminado de tránsfugas prianistas y de la enfermedad del poder.

(1)https://www.facebook.com/watch/?v=464603781668913

Mayo de 2023