CAMALEÓN
El domingo se celebraron elecciones extraordinarias en Tamaulipas para cubrir la vacante al senado de la república desocupada por el deceso de quien fuera senador por esa entidad. Esa competencia electoral la ganó MoReNa, quizás de manera muy explicable porque gobierna esa entidad y cuenta allí con una estructura cada vez más sólida. La siguiente elección será en junio, cuando se elijan los titulares del poder ejecutivo estatal en Coahuila y el Estado de México, del resultado en esta última entidad se podrán desprender las hipótesis correspondientes a la elección de 2024, no se olvide que además de la gubernatura estará en juego la primera fuerza electoral del país por su abultado padrón de potenciales votantes. Por ese motivo esa elección guarda especial interés pues será base para formular las estrategias electorales correspondientes al futuro inmediato. Morena también gobierna en la CDMX, la segunda fuerza electoral, aunque ya no cuenta con una base ciudadana al cien por ciento debido a que en 2021 la oposición rescató importantes alcaldías que le compiten el poder a la Jefa de Gobierno. Su cercanía con la entidad mexiquense adquiere especial relieve por la influencia política entre la población de ambas entidades. Jalisco, es el tercer padrón electoral más numeroso, lo gobierna Movimiento Ciudadano, aunque es solo un decir, porque no necesariamente expresa o refleja la fuerza política de éste partido, pues en su momento su acierto fue postular a quien ahora gobierna, y de la forma en que haya manejado el ejercicio del poder depende su posicionamiento en la mente colectiva del ciudadano de esa entidad. El ejercicio del poder desgasta, tendremos oportunidad hasta qué grado se comprueba en este caso. Veracruz, nuestra entidad, es el cuarto padrón electoral por su nutrido número de ciudadanos en la lista de electores, aquí gobierna MoReNa y ya tendremos oportunidad de comprobar hasta qué grado influyen en un resultado electoral los efectos de una gestión gubernamental. Visto desde la perspectiva de MoReNa, corresponderá al presidente López Obrador decidir quién será el candidato de su partido al gobierno veracruzano, según es posible advertir no será una decisión en base a pruritos personales sino en la capacidad de convocatoria ciudadana de quien aspire a suceder a Cuitláhuac García, antes que finalice el año en curso conoceremos quién es el agraciado. Lo único cierto en ese contexto radica en la importancia electoral de las cuatro entidades arriba referidas, pues el partido que logre el triunfo en dos o más de ellas podría enfilarse hacia la presidencia de la república. Adelantar un vaticinio sobre un probable ganador el junio de 2024 serías faltarle el respecto a la ciencia política pues esta exige mayores elementos de juicio, mismos que a partir de junio próximo aportará la realidad. Ya no falta mucho para saberlo.