- Hablarán de inmigración irregular y del tráfico de fentanilo
- Trudeau, de Canadá, llega hoy a Cumbre de “Tres Amigos”
- Jill Biden arribó al AICM; fue recibida por Beatriz Gutiérrez
- Posteriormente, ambas, visitaron la Basílica de Guadalupe
- El mandatario de EU caminó en la frontera norte de México
- Inspeccionó transitado puerto de entrada de El Paso, Texas
De un clásico: -Muchos son los que se quejan de su memoria; nadie de su inteligencia… (Froylán Flores Cancela).
El presidente Joe Biden a bordo el Air Force One aterrizó a las 19:30h de este domingo en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, para participar en la Cumbre de Líderes de América del Norte, donde fue recibido por su homólogo Andrés Manuel López Obrador.
López Obrador y el presidente Biden se estrecharon la mano a pie de pista, conversaron unos minutos y posteriormente abordaron juntos la Bestia, el vehículo blindado que traslada al presidente estadounidense, para dirigirse hacia el hotel Intercontinental donde previamente había arribado su esposa Jill, en Polanco, en la capital del país.
Es la primera vez que Biden viaja a Latinoamérica desde que llegó a la Casa Blanca. El último presidente estadounidense que visitó México fue Barack Obama, en 2014.
La cumbre tendrá lugar pocos días después de que Biden presentara un nuevo plan migratorio que prevé devolver a México a miles de personas que crucen la frontera de forma irregular, y de que las autoridades mexicanas capturaran al narcotraficante Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, buscado por Estados Unidos.
La agenda de los mandatarios inicia este lunes, Biden y López Obrador mantendrán una reunión bilateral en la que hablarán sobre inmigración irregular, tráfico de fentanilo y cadenas de suministro, y por la noche cenarán con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, informó la Casa Blanc, quien arriba hoy.
La Cumbre de Líderes de Norteamérica, conocida como los “Tres Amigos“, se celebrará el martes con la participación de los tres jefes de gobierno, que tratarán temas relacionados con la seguridad, la economía y asuntos internacionales.
La última vez que se reunieron Biden, López Obrador y Trudeau fue en 2021 en la Casa Blanca. Bajo la presidencia de Donald Trump no se celebró ninguna Cumbre de los Tres Amigos.
El nuevo plan migratorio presentado por Biden el jueves y aplaudido por el gobierno mexicano contempla entregar 30 mil permisos humanitarios mensuales para migrantes venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos que tengan a un patrocinador que les pague la estancia en Estados Unidos.
Por contra, aquellos que crucen la frontera sin permiso serán devueltos inmediatamente a México y se les vetará la entrada al país durante cinco años.
Paralelamente, el gobierno mexicano recapturó el jueves a Ovidio Guzmán, a quien Estados Unidos busca extraditar por su responsabilidad en el tráfico de drogas, especialmente de fentanilo, sustancia causante de buena parte de las muertes por sobredosis en Estados Unidos.
Biden llegó a México después de hacer una parada en El Paso, Texas, en su primera visita como presidente a la frontera con México, una región que ha estado evitando durante dos años frente las críticas de la oposición republicana.
Previamente, la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, llegó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y fue recibida por la Beatriz Gutiérrez Muller de López. Las dos visitaron, posteriormente, la Basílica de Guadalupe.
La esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador estuvo acompañada por Esperanza Salazar, esposa del embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar; y por Stephanie Syptak Ramnath, jefa adjunta de Misión de la Embajada de Estados Unidos.
La primera dama estadounidense mantendrá una agenda separada a la de su esposo, Joe Biden. Este lunes se reunirá con Gutiérrez Müller en el Fandango por la Lectura, que tendrá lugar en Palacio Nacional a las 17:00 h, de acuerdo con la información de López-Dóriga Digital y EFE.
El presidente Biden caminó este domingo por un tramo lodoso de la frontera entre Estados Unidos y México, e inspeccionó un transitado puerto de entrada, en su primer viaje a la región en los dos años que lleva en el cargo, en una visita que se vio ensombrecida por la tensa situación en torno a la política migratoria, ya que los republicanos tratan de culparlo por las cifras récord de migrantes que entran en el país. En su primera parada, Biden observó mientras los agentes fronterizos del El Paso le mostraban cómo revisan vehículos en busca de drogas, dinero u otros artículos de contrabando. Luego se dirigió a una calle polvorienta con edificios abandonados y caminó a lo largo de una cerca fronteriza de metal que separa a El Paso de Ciudad Juárez, en México. Su última escala fue en el Centro de Servicios para Migrantes, en El Paso, pero no había migrantes a la vista. Mientras le informaban de los servicios que se ofrecen allí, le preguntó a un trabajador de ayuda humanitaria: “Si yo pudiera agitar la varita mágica, ¿qué debería hacer?” La respuesta no fue audible. La visita de casi cuatro horas de Biden a El Paso se realizó bajo un intenso control. No encontró a migrantes, salvo cuando su convoy pasó junto a la frontera y aproximadamente una docena se agruparon del lado de Ciudad Juárez. Su visita no incluyó pasar a una estación de la Patrulla Fronteriza, donde los migrantes que cruzan ilegalmente son detenidos. No hizo declaraciones públicas. La visita pareció diseñada para exhibir una forma de operar que funciona sin contratiempos para procesar a los migrantes legales, erradicar el contrabando y tratar humanamente a las personas que han ingresado ilegalmente, creando una narrativa contraria a los alegatos de los republicanos de que existe una situación de crisis equivalente a que la frontera esté abierta. En una señal de las fuertes tensiones políticas en torno a la inmigración, el gobernador de Texas, Greg Abbott, entregó a Biden una carta a su llegada en la que exponía que el “caos” en la frontera era “resultado directo” de la incapacidad del presidente para hacer cumplir las leyes federales. Posteriormente Biden extrajo la misiva del bolsillo de su saco durante su recorrido y les dijo a los reporteros: “Aún no la leo”. El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, calificó la visita de Biden de “sesión fotográfica”, y afirmó en Twitter que su mayoría republicana haría que el gobierno “rindiera cuentas por crear la crisis fronteriza más peligrosa en la historia de Estados Unidos.” Por su parte, el juez del condado de El Paso, Ricardo Samaniego, vio con buenos ojos la visita de Biden, pero señaló que una pausa actual en las llegadas de migrantes impidió que el presidente viera cuán grande ha sido el grupo de recién llegados. “No llegó a ver las dificultades reales”, afirmó Samaniego, que estaba en la delegación local que recibió a Biden. “Es bueno que haya estado aquí. Es un primer paso. Pero aún tenemos que hacer más y pasar más tiempo con él”. En otras partes de El Paso, cientos de migrantes estaban reunidos frente a la iglesia católica del Sagrado Corazón, donde han estado durmiendo al aire libre y recibiendo tres comidas diarias de parte de grupos religiosos y otras organizaciones de ayuda humanitaria, como informa Los Ángeles Time.
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