ESPACIO CIUDADANO
“Quien vence a los otros es fuerte. Quien se vence a sí mismo es poderoso”. Lao Tsé.
El año 2022 se despidió, deportivamente hablando, en medio de las patadas, redes, resultados insólitos y polémicas ociosas. No cabe la menor duda que el futbol – soccer es uno de los entretenimientos más populares del orbe y el que genera las mayores pasiones. Para mi particular punto de vista Argentina tuvo los merecimientos suficientes para obtener el triunfo máximo y ganar su Tercera Copa del Mundo, sin dejar de lado que la selección francesa fue un rival poderoso – a lo largo de 120 minutos – en la contienda escenificada en el Estadio Lusail, de Qatar – Emiratos Árabes – el 18 de diciembre de ese enjundioso año pasado. Con ello, el empeñoso y hábil Lionel Messi, apoyado en todo momento por sus aguerridos escoltas, se proyectó rotundamente como el mejor exponente del balompié de la época presente, a pesar de los pocos detractores gratuitos que todavía le restan méritos fabricados en sus mentes envidiosas.
Algo que se deriva de lo anteriormente expuesto, es el inapropiado y falso debate que algunos comentaristas deportivos tratan “de vender” o inocular entre los televidentes, lectores o aficionados del futbol – soccer, poniendo en el centro o en la mesa del análisis la interrogante: ¿Quién es el mejor de todos los tiempos: Pelé, Maradona o Messi? , propiciando multitud de opiniones, comentarios, respuestas descalificadoras, puntos de vista de “villamelones”, insultos a determinado(s) personaje(s), juiciosos puntos de vista apuntalados en estadísticas, “andanadas cavernícolas” lamentables y fuera de lugar, etc. Etc… Les indicaría respetuosamente a esos expertos o peritos de la comunicación deportiva que sería más conveniente incorporar en su área de competencia videos, películas o reseñas de cada uno de los protagonistas aludidos y que los aficionados obtengan sus particularidades conclusiones. Hace poco, por cierto, mi nieto Héctor Gael de 10 años de edad me interrogó al respecto y le externé que para mí los tres fueron los mejores de su época, que tanto – con respeto y afecto, sin discriminación alguna – el brasileño Edson, el de la favela pobre, como los Argentinos Diego Armando y Lionel, son y fueron los íconos del deporte más conocido y practicado del planeta.
Ante la sentida y lamentable muerte de Pelé a la edad de 82 años en Sao Paulo, Brasil, anhelo manifestar en esta ocasión algo de lo que guardo en mi retentiva, pues cuando estudiaba en el tercer grado de secundaria, con 16 años a cuestas, me enteré por los periódicos sobre los éxitos y hazañas del joven Edson Arantes Do Nascimiento en el Campeonato Mundial escenificado en Estocolmo, Suecia, donde la selección carioca alcanza triunfalmente, por primera vez, el trofeo Jules Rimet, con sustento en los pies prodigiosos y la destreza de sus atletas, particularmente de la genial participación del “joven maravilla” denominado Pelé, de escasos 18 años de edad y oriundo de la localidad Tres Corazones del Estado de Minas Gerais, hijo de una humilde familia. Edson fue hijo de un futbolista modesto que observó, desde que era pequeño las virtudes y fortalezas de su vástago. Por ello dio las facilidades para su cabal aprendizaje y siendo un muchacho de 16 años debutó profesionalmente con el equipo Santos F.C., empezando con ello la magia y los numerosos goles de ese portento que alcanzó a lo largo de su trayectoria anotar la cifra fabulosa de 1283 “pepinos” incrustados en las porterías de sus adversarios, algo no logrado hasta la fecha por ningún otro atleta.
Brasil también se coronó en la Copa Mundial de Chile en 1962, cuando un servidor y otros colegas terminamos los estudios magisteriales en la Benemérita Escuela Normal Veracruzana y en la cual Edson Arantes sólo participó en dos cotejos, a consecuencia de las lesiones y los golpes recibidos. Brasil fracasó en el mundial de Inglaterra (1966); Pelé fue “cocido a patadas” y fracturado en una de sus extremidades inferiores por el villano portugués Colunga, defensivo lusitano, sembrando con ello preocupaciones e incertidumbres en la escuadra verde – amarela para su futura participación en la Copa Mundial México 70, año en que me desposé con mi compañera de toda una vida, con Rosa Aurora. Tal torneo de balompié internacional fue inolvidable y mágico para los sudamericanos, así como para el Rey Edson Arantes, obteniendo logros positivos en todos sus partidos y ganar el cotejo máximo contra los aguerridos italianos, que tuvieron que contentarse con el subcampeonato. Brasil, de la mano y pies de sus estrellas, con el “juego bonito” orquestado por Pelé, adquirieron en forma definitiva la codiciada copa Jules Rimet. El astro después de su refulgurante trayectoria, se retira en 1977 (21 años de labor en los estadios) y fue elegido después por la FIFA como el mejor futbolista del siglo XX.
Como culminación del presente comentario les externo que se han llevado a cabo 22 copas mundiales, 12 de ellas ganadas por equipos europeos y 10 obtenidas por naciones americanas; sólo 8 países se han coronado. Asimismo, enlisto a los diez mejores futbolistas de todos los tiempos según el criterio de los expertos o conocedores de ese entretenimiento de las multitudes; ellos son: Pelé, Lionel Messi, Diego A. Maradona, Ferrenc Puskas, Franz Beckenbauer, Johan Cruyff, Ronaldo Rosario, Zinedin Zidane, Cristiano Ronaldo y Alfredo D´Stéfano. Felicidades y me despido con una frase de Edson Arantes Do Nascimiento: “El éxito no es un accidente. Es trabajo duro, perseverancia, aprendizaje, estudio, sacrificio y amor por lo que se está aprendiendo a hacer…”
Atentamente
Profr. Jorge E. Lara de la Fraga