Espacio 13
*Con el encuentro del 61 aniversario de Chinineros, Héctor Riveros dice adiós a las canchas de futbol
*Entiende y acepta los ciclos deportivos de la vida, dejando recuerdos sabiendo que son más fuertes los sueños
“En las celebraciones se ve la grandeza de los pueblos”
No me interesa hablar del Comisionado del Instituto de la Policía Auxiliar y Protección Patrimonial para el Estado de Veracruz, licenciado Héctor Riveros Hernández, que como tal está cumpliendo con su responsabilidad, pero sí del amigo de la juventud y paisano de la tierra del Dios Tigre, obligado a comentar de su trayectoria futbolística ahora en los 61 años de mi equipo Chinineros, quiérase o no, el de más tradición que simboliza a Teocelo en quien creemos con la grandeza del corazón y la sencillez del alma…
Y digo que obliga cuando leo su mensaje textual a su despedida de este deporte mundial que por cierto está en su etapa final la Copa de Futbol en Qatar, una final entre argentinos y franceses, y el mensaje de Héctor Riveros dirigido a mi hijo Alfonso “Chino” Mora Cid dice así:
Buen día amigo, este será nuestro último partido, los ciclos se cumplen, los tiempos de Dios son perfectos, y me siento feliz y bendecido por hacerlo dentro de este aniversario de chinineros, pero siempre estaremos en los muchos aniversarios que siguen, a mis amigos y paisanos del Dios Tigre mi agradecimiento por todas sus atenciones, lo que podamos hacer por nuestro pueblo querido que tanto nos dio, con gusto lo haremos, nos vemos el día 17 amigo, esto me lleva hasta el tiempo en que en el primer torneo de los barrios en la ciudad de México, tuve el orgullo y la satisfacción de recibir un trofeo como el mejor jugador, el cual lo resguarda mi hermano “mochas”, otro chininero de corazón, y fundador de este histórico equipo de futbol. Gracias y Dios con todos ustedes.
Cierto… su clase, calidad y estilo en la media cancha lo dejaba plasmado en la histórica cancha del “Magueyal” de Teocelo, añorada y amada cancha en donde dejamos sudor, lágrimas, coraje, broncas, y el abrazo al final de los encuentros, y ahora después de muchas décadas, Héctor Riveros dice adiós sin llorar porque su ciclo deportivo está concluyendo, sino sonriente porque ha sucedido…
Además de Héctor, su hermano Gilberto, más popular entre la tropa que la Adelita, como el “Mochas”, fue uno de los culpables que iniciara en el fútbol ya llevando las primeras patadas de la escuela Apóstolica y nos íbamos a Coatepec a los torneos formando el segundo equipo de Teocelo y meses después como “Gas Amezcua” de don Ricardo Pereda, para quedar finalmente como “Chinineros” y Héctor jugaba en esos años allá en el Distrito Federal… por ello son pioneros del futbol teocelano y se les debe de reconocer su importante y noble labor en nuestro municipio.
Se adapta a su despedida al dicho popular de que el mundo es como un balón, redondo y su adiós no lo consideramos como un final cuando apenas vemos el comienzo. Apoya, se entera, acude, fomenta el deporte y estos motivos no son tan fáciles de abandonar aplicando no solamente la motivación que si es importante, pero son más los sueños y las realidades, entregando cada día lo mejor de si mismo porque no se sabe cuando será el último día.
Chinineros, amigo Riveros, reconoce tu brillante y exitosa trayectoria como futbolista, de entrega y de respeto dentro y fuera de las canchas, con jugadores y con nazarenos, con las porras de los equipos y con las familias… en un Teocelo que sufrió demasiado para lograr se jugara el fútbol y tuvimos la suerte de continuarlo fundando Chinineros, la Liga de Fútbol y si batallamos para competir con seis equipos, ahora nos motiva cuando existen más de 30 equipos en los torneos de Teocelo y en esta huella deportiva de los pueblos, Héctor, fuiste parte fundamental y eso lo llevará la afición grabado para siempre y esta histórica fecha del 61 aniversario del club del chinine, te deseamos más éxitos y salud y sigas por el buen camino sanamente, porque te conocemos desde los años 60 hasta le fecha y te decimos con toda la sinceridad y honestidad del amigo y de quienes te conocemos:
¡¡ Que Dios te bendiga siempre Héctor !!