l actual partido político, Movimiento Ciudadano, surgió a luz pública el 1 de agosto de 1999 con el nombre de Convergencia por la Democracia, en 2002 quedó como Convergencia y en 2011 se registró con la actual nomenclatura, en 23 años de brega política no ha repuntado más allá de ser un partido de coyuntura, si no semejante al Partido del Trabajo o al Verde Ecologista, su papel en el escenario electoral hasta ahora estriba en convertirse en una opción respecto al supuesto desgaste del PRD, del PRI y del PAN. Sin embargo, pese al cambio que las circunstancias han impuesto al PRD dejándolo en mera entelequia, el duro castigo ciudadano al PRI y a la eventual inmovilidad panista, Movimiento Ciudadano no ha alcanzado a despegar para convertirse en una vía alterna de competencia electoral efectiva y exitosa, según lo exhiben las frías evaluaciones electorales más recientes pues demuestran su muy exigua convocatoria ciudadana y frágil capacidad para competir exitosamente contra MoReNa, sí ese fuera el caso. Si en esa estrategia se sostiene su actual método de competencia (participar al margen de la alianza partidista PAN-PRI-PRD y tampoco al unísono de la alianza MoReNa-PT-Verde Ecologista, entonces, ¿qué argumentos podría esgrimir la dirigencia de MC solicitándole su adhesión? Porque su militancia, que debe suponerse no coincide con los postulados del PAN-PRI y del PRD, pero tampoco con los de MoReNa-PT y Verde, estará consciente (¿?) de que va a participar electoralmente en una competencia sin probabilidad alguna de remontar los pírricos porcentajes de votos obtenidos en elecciones anteriores. Y siendo así ¿cuál podría ser el aliciente que anime al afiliado a participar? No sería, obviamente, ganar la presidencia de la república, tampoco esperaría competir en solitario y ganar la gubernatura de Veracruz o de Jalisco, por ejemplo. O tal vez triunfar por mayoría relativa algún Distrito Electoral, o solo conformarse con la obtenidas por la vía de la representación proporcional. Ignoramos el criterio por el cual la militancia de MC se adhiere a este partido, muy respetable motivación tendrá, pero en términos de pragmatismo político o de convicción ideológica ese esquema de competencia no cuadra en la actual realidad y suscita la percepción de un colaboracionismo electoral a favor del oficialismo. Por el lado de la ciudadanía ¿qué mensaje de MC le formulará para invitarla a sufragar por sus candidaturas? Porque el de competir por competir es premisa ilusa, pues como está hoy por hoy el escenario político electoral del país el valor del voto adquiere sustantiva rentabilidad, no se olvide que está en juego el futuro inmediato de México con dos fuerzas beligerantes en pugnaz competencia y no se advierten signos favorables para que surja una tercera vía como alternativa electoral. Muchas más son las incógnitas que la actuación de MC pone en el tapete de las discusiones político-electorales del momento, otras más irán surgiendo conforme avanza el proceso sucesorio en nuestro país, porque la dinámica de los acontecimientos incluye fuerzas de atracción y rechazo capaces de modificar el entorno de hoy para mañana.
El diálogo de Movimiento Ciudadano con su militancia y con la ciudadanía
Por Alfredo Bielma Villanueva