Este 2019 inicia con malas noticias para el sector productivo de nuestro país. 15 maquiladoras, la gran mayoría especializadas en la industria automotriz y electrónica, cerraron sus puertas, y tras de éstas, más de 30 mil empleos directos e indirectos que se perdieron, todo porque el gobierno federal ha sido incapaz de resolver el problema de huelga masiva que hay en el parque industrial de Matamoros.
De acuerdo a los inversionistas de las maquiladoras de Tamaulipas, se están perdiendo 50 millones de dólares diarios por la desatención de la autoridad federal, y aunque de las 45 empresas en las que sus trabajadores iniciaron el paro, en 28 aún se mantiene, el conflicto pudiera extenderse a otras entidades donde la industria tiene presencia.
Juan Villafuerte Morales, quien es secretario general del Sindicato de Jornaleros Obreros Industriales de la Industria Maquiladora señaló que, si la Secretaría del Trabajo hubiese intervenido a tiempo, no habría estallado la huelga; pero claro, dejaron correr el problema, como muchos otros más que nos han trastocado a las y los mexicanos en los últimos poco más de dos meses por una falta de visión y de sensibilidad.
Veo con preocupación, también, el hecho de que la abogada laborista Susana Prieto Terrazas, asesora del Movimiento Obrero de Matamoros (MOM), tiene su “zona de influencia” en Chihuahua, otro de los principales asentamientos de maquiladoras y en donde muchos veracruzanos se emplean en Ciudad Juárez. Además, con mayor insistencia, se menciona la posible politización del movimiento a favor de Morena, a través del líder minero y senador morenista, Napoleón Gómez Urrutia.
Coincidimos con los integrantes de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), en el hecho de que lejos de ser un problema local, su trascendencia es nacional, pues lo que está en riesgo, además de las empresas y las fuentes de empleo, la credibilidad del país, la cual se ha ido dilapidando a lo largo de los últimos meses.
El cierre estas maquiladoras impactará en el sector automotriz y eléctrico en un mediano plazo pues las piezas y dispositivos que estas elaboraban, ahora se encarecerán al tener que importarlas. No se necesita ser vidente para saber que ninguna empresa foránea apostará a traer sus millonarios capitales a nuestro país, dada no solo la tardía respuesta de nuestras flamantes autoridades, sino porque, además, esta nueva administración no transmite confianza: cancelación del Nuevo Aeropuerto, desabasto de combustibles, baja en la calificación crediticia de Pemex, eliminar fondos para promoción turística, por mencionar solo algunos.
Los estragos del desempleo tras la salida de la maquiladora comenzarán a sentirse a la voz de ya y no se podrán resolver con bolsas de apoyo a diestra y siniestra. Por eso insistimos: México no puede ser un aula de aprendizaje; los problemas de los mexicanos no se pueden resolver bajo la tesis de ensayo-error. Ya son miles de millones de pesos los que hemos perdido en estas casi 10 semanas. ¿Cuánto más estamos dispuestos a perder?