Prosa aprisa
Una vieja regla política, no escrita, dice que a un presidente y a un gobernador, nunca se le renuncia. Muy joven, cuando apenas me iniciaba como reportero en Xalapa en 1974, se la oí decir y se la aprendí a quien sería mi mentor periodístico (llegaría a ser hasta una especie de mi segundo padre) Froylán Flores Cancela, entonces subdirector del Diario de Xalapa.
Le había ido a pedir que me consiguiera un empleo en el gobierno del estado porque habían pasado ya cuatro meses y en el Diario no me pagaban y prácticamente vivía de la caridad pública (me pagaron hasta los seis meses). Aprovechó entonces para platicarme muchas reglas no escritas de la política (me aconsejó que no me fuera, que no dejara el periodismo, sacó dinero de su bolsa y me dio dinero para que yo sobreviviera, y prácticamente a partir de entonces me adoptó. Que en paz descanse).
Ayer, con una valentía que muchos no tienen, Tatiana Clouthier rompió con esa regla y le renunció al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien, demudado, según pudimos ver en la transmisión de la mañanera, le negó el abrazo de despedida cuando ella se le acercó en forma cálida con los brazos extendidos.
Al menos, López reconoció que le insistió en que no se fuera, pero que ella lo hizo porque es una mujer “con convicciones, con criterio”. Así lo creo.
Aunque ella dijo que su posibilidad de aportar al gobierno estaba agotada, sin duda se fue porque ya no estaba a gusto, porque estaba decepcionada, porque ya no ve que las cosas vayan a mejorar y, creo, muy digna de ella, porque no estaba de acuerdo con muchas decisiones de AMLO. Se fue por congruencia personal.
Cosa de recordar que desde 2019, ya en el gobierno de la 4T, se opuso a la militarización del país, a raíz de la creación de la Guardia Nacional, aunque antes, como diputada federal, había expuesto su desacuerdo. El pasado 13 de septiembre, en una entrevista que concedió a Excelsior, expresó su rechazo a la propuesta del PRI para ampliar la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles hasta 2028.
Según mi apreciación, Tatiana era una de las mejores funcionarias del gobierno obradorista. Fue obvio que a López Obrador le molestó que optara por su dignidad, por su congruencia, por no seguirlo a ciegas, por no estar dispuesta a jugar un papel de títere, o de tapete, o de florero. Porque ella sí tiene criterio propio, porque piensa y razona y porque no estaba de acuerdo en seguir en un gobierno que le está causando mucho daño al país.
Si alguien conoce bien al presidente, Tatiana es una de ellas. Fue la coordinadora de su campaña presidencial. Ya no aguantó más, ya no lo aguantó. Y le renunció sin importarle las consecuencias. Admirable. El tiempo le demostrará que hizo lo mejor, en el mejor momento y que en el futuro saldrá ganando. Le tengo mucha admiración, lo admito, desde que vino a Xalapa como coordinadora de la campaña y fui a una conferencia suya solo por conocerla en persona. López Obrador salió perdiendo con su renuncia.
Después de lo que vimos ayer en vivo y a todo color, qué se pueden esperar los demás funcionarios. La gratitud no es una de las características del tabasqueño. Es rencoroso y vengativo, como lo demostró con otra mujer, Rosario Robles. En el fondo, es un hombre malo.
El espionaje a Winckler, ¿alcanza también a Miguel Ángel?
Como he venido publicando, nada escapa al sistema de vigilancia y espionaje de los militares sobre hombres y mujeres de la función pública, de quienes registran todo lo que hacen y dicen. Oootro caso más, ahora el del exfiscal Jorge Winckler, lo acaba de reconfirmar.
Ciro Gómez Leyva reveló que la información hackeada a la Sedena por Guacamaya Leaks reveló que los militares intervinieron los teléfonos de Winckler, incluyendo sus comunicaciones a través de Signal, el sistema para enviar mensajes cifrados y, supuestamente, para no ser detectados.
Tampoco es nada novedoso. En la columna del 19 de agosto, “”Nada escapa, a ‘inteligencia’ militar”, revelé la plática que alguna vez tuvo el entonces titular de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez, con algunos columnistas, en la que narró cómo en una reunión con la cúpula castrense, en la que solo estaban él y el gobernador Javier Duarte, les proyectaron en una gran pantalla toda la información que tenían sobre ellos y sobre el exgobernador Fidel Herrera Beltrán, que les dejó claro que sabían todo sobre los tres.
La verdad, yo sonrío cuando interlocutores me dicen que ellos me hablan, y me piden que yo platique con ellos por WhatsApp porque, aseguran, es más “difícil” de intervenir. “Te están grabando, ¿ya escuchaste?”, me advierten. Les respondo que sí. Me tiene sin cuidado porque no tengo nada que ocultar y lo que pienso y creo sobre la función pública y sus actores lo hago público.
¿Espiaron a Jorge Winckler por su sola persona o por el cargo que ocupó, para tenerlo localizable cuando tuvieran que cobrarle las cuentas que dejó?
La revelación de la información que sustrajeron los guacamayos es para poner a preocupar a más de uno, incluyendo el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares, con quien como funcionario y subordinado suyo tenía comunicación obligada y constante, aunque, además, con muchos otros.
¿Qué tanto le saben a la fiscal Hernández Giadáns?
¿Alguien piensa entonces que no tienen enchufadas todas las comunicaciones de la actual fiscal Verónica Hernández Giadáns, que no tienen una bitácora de todos sus movimientos, que no tienen grabadas todas sus conversaciones y todos sus mensajes, que no tienen diseccionada su red de relaciones lo mismo con sus familiares hasta en quinto o más grados que con el gobernador, el secretario de Gobierno y todas y todos con quienes tenga que ver?
Ahora está más que evidenciado todo. Ahora seguramente se empezará a cuidar más, pero la información que deben tener sobre ella debe ser abundante, además de que seguramente la siguen vigilando y lo continuarán haciendo, lo que a ver si de alguna forma sirve para que se modere en sus abusos y arbitrariedades.
Pero lo mismo vale para el secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, de quién deben saber todo, incluyendo por qué tolera el abuso de las grúas y los atracos que cometen sus elementos con los pacíficos e indefensos ciudadanos.
Aunque no quieren y rajan de Winckler, y a él lo culpan y con él se escudan para tratar de justificar sus incompetencias, ahora les está prestando un valioso servicio al alertarlos que así como a él en su momento, así los están vigilando a ellos, y que así estarán vigilando a la señora Hernández Giadáns cuando también ande prófuga huyendo y escondiéndose.
Marcelo y Monreal, una dupla con futuro
El miércoles, el canciller Marcelo Ebrard compareció en el senado con motivo del Cuarto Informe de López Obrador. La recepción que tuvo fue calurosa, en especial por parte del presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal.
El zacatecano publicó un video donde se les ve charlando y abrazándose, muy sonrientes, acompañado del siguiente texto: “Hoy comparece en el Senado el canciller Marcelo Ebrard. Su buen desempeño le ha merecido el reconocimiento de este órgano legislativo, vigilante de la política internacional”.
A su vez, Marcelo publicó en las redes sociales fotografías y un texto dando las gracias a todos los grupos parlamentarios por el cálido recibimiento. En una de las gráficas se le ve saludando a la priista Beatriz Paredes, quien sonríe feliz feliz.
Si las circunstancias no descarrillan sus proyectos, la foto en la que Monreal lo abraza con su mano derecha y hace con los dedos de su mano izquierda la “V” de la victoria, será histórica. Habrá de verse.