¿Quién no recuerda aquella muy afamada expresión del ahora presidente, Andrés Manuel López Obrador, cuando muy alterado exclamó ¡cállate chachalaca! molesto por la intromisión del presidente Fox a favor del candidato panista durante la campaña electoral de 2006? Dice conocido refrán que “en política, el que se enoja pierde”, y al menos en esa ocasión resultó acertado porque la dicha expresión propició una sustantiva rebaja de puntos a favor del entonces candidato presidencial del PRD, quien se quedó con el bate al hombro. Las referencias a animales son muy frecuentes en la política, entre las más frecuentes están las de “burro”, “zorro”, “caballo” (que alcanza), “tigre”, “águila”, “víbora”, etc. Para no ir más lejos, recordemos aquella presuntuosa frase del “me canso ganso” de los inicios del actual gobierno, aunque ahora está prácticamente olvidada, o acaso ya fuera de lugar. O la frase del candidato presidencial de MoReNa en 2018 ante empresarios, cuando en campaña les advirtió que si hubiera fraude electoral no respondía si “el tigre se soltaba”, porque él se iría a su rancho, allá en Palenque. Y ahora, las guacamayas adquieren notoriedad porque fueron elegidas como su emblema por los hackers de moda en nuestro país, porque han puesto en grave aprieto al gobierno mexicano. Ciertamente, no es nuevo este fenómeno al que pudiéramos categorizar como de zoo política, pues en Veracruz ya lo experimentamos durante el gobierno de Rafael Hernández Ochoa (1974-1980), cuando el gobernador acostumbraba dirigirse a su gente de confianza como “Tigre” y la cauda acomodaticia de sus subordinados adoptó tal modismo como lema de saludo entre sí. En aquel entonces, a algún maloso se le ocurrió motejar a otro político como “la Nauyaca”, pero, tiempo después lo negaba con singular empeño porque el aludido llegó a gobernar la entidad y lo tuvo bajo sus órdenes. “Culebra mansa”, fue un apodo que endilgó un muy famoso y ocurrente cuenqueño a un político y periodista del sur de la entidad. Para ese entonces ya había recorrido todo el territorio nacional aquella famosísima frase: “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”, atribuida al político tuxpeño conocido como “El Tlacuache” Garizurrieta. O el famoso “Pollo”, como era también conocido Gilberto Flores Muñoz, y motejado así por su jefe y amigo el presidente Ruiz Cortines. “Perdimos Pollo”, fue la célebre y socorrida frase lúdicamente comentada en el cotorreo político, pues al decir de la fábula especulativa don Adolfo presidente la expresó a Flores Muñoz en 1958, para decirle que él no iba a ser el candidato presidencial, sino Adolfo López Mateos. Todo un tratado pudiera escribirse sobre este asunto, que para nada desvirtúa la fórmula aristotélica que postula: “el hombre es un animal político”, en clara referencia a su condición de ser sociable y capacitado para organizarse en sociedad con plena conciencia del curso de sus acciones. Pero, esa es otra historia, porque por ahora seguiremos escuchando el fuerte aleteo y ruidoso graznar de las guacamayas.
Del zoon politikón a la zoo política
Por: Alfredo Bielma Villanueva