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¿Violencia y propaganda?

Por: Héctor Saldierna

Abriendo Brecha

Fue en la década de los años 30 del siglo pasado que bajo el régimen nazi, se puso de moda y evidente muestra de expresión,  la propaganda política. Fue un personaje siniestro, de nombre Joseph Goebbels, que orquestó una extraordinaria campaña de mentiras para fortalecer al régimen nacional socialista de Adolfo Hitler.

En esa época, la televisión empezó a asomar sus primeros signos de gran propagandista y que fue a través de los Juegos Olímpicos de Berlín en el año 1936. Sin embargo, fue la radio el instrumento más eficaz para los mensajes propagandísticos.

Precisamente, respaldado en la difusión de las estaciones de radio, el régimen nazi logró una gran penetración en la opinión pública alemana. Lo hacía también a través de carteles impresos y en cuya idea medular se anidaba el odio hacia los judíos.

Se podría considerar que fue una campaña  exitosa de propaganda y los resultados fueron excelentes para los propósitos de la camarilla de Hitler que durante muchos años arrodilló al mundo entero.

Estas acciones propagandísticas siempre han servido y seguirán sirviendo para determinados grupos políticos que pretenden un objetivo.

Es importante ahora que la opinión pública nacional haga un análisis previo antes de aceptar una idea o propaganda proveniente de algunos medios de comunicación.

En todo esto, el fin de semana próximo pasado México fue escenario de una serie de acciones de violencia que arrojó muertos y heridos, sobre todo en entidades del norte del país. En este contexto, Ciudad Juárez vivió diez horas de conmoción.

Eso fue motivo para que analistas y expertos, que suelen opinar sobre materia de seguridad, alertaran sobre el significado que tiene esta violencia y que México se encuentra en estado de indefensión y que el gobierno federal se puede considerar fallido en el tema.

No se trata de ponerse de un lado u otro. Simplemente buscar la objetividad sobre una problemática. Ahora ya no sólo están los medios convencionales, sino que hay análisis y programas noticiosos en diversos canales de YouTube.

Es decir, hay fuentes a las que también pueden consultarse y no creer absolutamente todo lo que se diga en un canal de televisión o en un periódico.

Camilo Taufic, el escritor chileno, catedrático, decía que no hay mensaje que no tenga un objetivo predeterminado. Todo mensaje tiene un propósito de propaganda, decía en uno de sus libros.

No debemos olvidar que hace varios años los mexicanos y seguramente en todo el mundo, no había opciones para no creer lo que te decían los canales televisivos. Lo que ellos decían era la Biblia.

Por ejemplo, ahora, en las entrevistas que algunos medios hicieron sobre la problemática de los disturbios en el norte, llegan al máximo de la descalificación y la desacreditación del país.

Uno de ellos, Alberto Capella, brinda unas declaraciones en donde reprueba estos hechos y pone a México al borde de estado fallido. Pero ¿quién es Capella?. Es un hombre metido en temas de seguridad, fue jefe de Seguridad en Morelos, donde fue corrido. Igualmente, siendo secretario de Seguridad en Quintana Roo, fue la persona que dictó órdenes para disparar a mujeres en una manifestación.  También fue corrido. Le fue bien.

Igualmente sucede con Francisco Rivas, presidente de Observatorio Ciudadano, una entidad ciudadana que tiene un patrocinio muy importante de empresas radicadas en los Estados Unidos. Su punto de vista es muy sesgado y acusa al gobierno federal de omisión, sin hacer una reflexión sobre la responsabilidad estatal.

Entonces, ¿qué calidad moral pueden tener personajes de esta naturaleza para emitir comentarios en materia de seguridad?.

En toda esta alharaca hay que estar muy atento sobre lo que algunos grupos políticos pretenden. Quizá no esté fuera de contexto que Silvano Aureoles, exgobernador de Michoacán, se haya apuntado para contender por la presidencia de la república en 2024

¡Y hasta la próxima!

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