CAMALEÓN
Se dice pronto, pero 44 años en la vida de una Revista representan todo un registro de casi medio siglo del acontecer social, político y económico del medio en el cual se publica. Ningún contenido de esa naturaleza debe pasar desapercibido por quienes quieren o ambicionan conocer el desarrollo del objeto que lo ha sustanciado: parte de la evolución acontecida en la entidad veracruzana, en este caso desde el 10 de agosto de 1978 a la fecha, cuando surge a la vida Análisis Político. Gobernaba el país José López Portillo, justamente cuando nos discurseó que debíamos prepararnos para “administrar la abundancia” que se avecinaba tras el descubrimiento de “Cantarell”, el enorme manto petrolífero que nos convertiría en un país rico y de ricos. Mucha tinta describió aquel pasaje optimista de nuestra historia, ya desvanecido en la bruma de la corrupción, la ineficacia y el libertinaje. En la entidad veracruzana transcurría ya el cuarto año el gobierno de Rafael Hernández Ochoa y empezaban a entonarse los cantos futuristas situando a Llorente González, a Méndez Docurro, a Carvajal y a Reyes Heroles entre los posibles candidatos del PRI al gobierno de Veracruz a partir de 1980; pero, ¡oh sorpresa! Ninguno de ellos fue quien recibió la estafeta, sino don Agustín Acosta Lagunes, quien entonces se desempeñaba como Subsecretario de Ingresos en el gobierno federal, y ya gobernador se desempeñó con extraordinaria eficiencia en el periodo 1980-1986, aunque no logró consolidar su anhelo de convertir a Veracruz en el “Granero y Yunque de la Nación”. Desde la fundación de la Revista Análisis Político en 1978, gracias a la iniciativa de su fundador y permanente impulsor, Melitón Morales Domínguez, se han sucedido 11 titulares del Poder Ejecutivo estatal veracruzano, ocho presidentes de la república y “N” número de ayuntamientos, que bien figuran en sus ya añejas páginas de nutrida información periodística. Desde las amarillentas páginas de los inicios de Análisis Político, hasta las relucientemente blancas del acontecer actual, en esta Revista no se ha pecado de chauvinismo, tampoco de insulso maniqueísmo, pues con gran criterio periodístico ha hecho gala de equilibrada pluralidad en su curtida narrativa originadas en variadas plumas, siempre bien informadas. 44 años no son pocos, podrán ser muchos más, y ojalá así sea; por esta obra de su creación Melitón Morales debe estar merecidamente satisfecho, porque para concretar tal encomienda se requiere de la combinación de sudor y fuerte entrega, nada exenta de decepciones. Por supuesto, no es la obra y esfuerzo de un solo hombre, porque para lograr lo alcanzado, Melitón ha contado con el valioso respaldo de su equipo de trabajo y del empeño familiar, esposa e hijos han vibrado en esa sinergia y compartido las preocupaciones que una empresa de esas dimensiones acarrea; y desde esa perspectiva bien valen las muy merecidas felicitaciones a nuestro amigo Melitón Morales Domínguez y a su distinguida familia. Sea por Dios y venga más, decía el clásico xalapeño.