Se dice que pueblo que desconoce su historia está condenado a repetirla. Resulta inverosímil cómo es que se ha reproducido la corrupción política y por consecuencia económica tanto en lo privado como en lo público en todo el país.
La deuda de México es histórica. Se remonta desde el siglo XIX, cuando el virrey de España solicitó un préstamo a la banca privada para combatir el levantamiento armado que lideraba Miguel Hidalgo, una deuda irracional, la cual a pesar de la independencia lograda, años más tarde el gobierno de Porfirio Díaz la pagó con todos sus intereses, para que de esta manera pudiera legitimarse con Inglaterra y su hijastra los Estados Unidos de América, y con ello abrirle los espacios a los oligarcas de estas dos naciones para invertir en México: en ferrocarriles, petróleo y carreteras.
Así ha sido la patraña histórica, en donde el pueblo siempre ha tenido que pagar los préstamos públicos a la banca privada. El último gran descalabro a nivel nacional fue el FOBAPROA. Sin duda, ha sido criminal el confundir lo público con lo privado. En el caso de Veracruz, fue precisamente Miguel Alemán Velazco quien, imitando a su padre Alemán Valdés, endeudó al pueblo veracruzano con 3 mil quinientos millones de pesos a seis meses antes de irse.
Pero lo peor es que con base en la corrupción política, Miguel Alemán Velasco negoció con Fidel Herrera Beltrán para que cubriera el desfalco. Fue así como lo apoyó para que éste fuera gobernador. Aquí hay que señalar que al finalizar del gobierno de Patricio Chirinos su administración no dejó deuda pública, además de que descentralizó el presupuesto para que cada Secretaría le llegara directo, sin necesidad de pasar por la Secretaría de Finanzas.
Esto importante, ya que tanto a Miguel Alemán como a Fidel Herrera jamás los cuestionaron en su momento, ya que ellos tenían un presupuesto dedicado a pagar a los críticos, y que son los que hoy condenan la deuda pública del gobierno actual. Pero, por si fuera poco, la corrupción y el incremento a la deuda que llevó a cabo Fidel terminarían siendo ocultados por Javier Duarte, otrora Secretario de Finanzas.
Pero no acabó ahí la terrible deuda histórica de Veracruz, sino que el mismo Javier Duarte, aparte de saquear las arcas de Veracruz, endeudó más al pueblo veracruzano. Por desgracia, la deuda pública fue el legado que dejó Fidel con instituciones financieras. Así, ante un gobierno de Veracruz endeudado, la contratación de más deuda es un mal que se viene arrastrando.
En este sentido, resulta digno destacar el óptimo manejo que el Secretario de Finanzas ha hecho para resarcir dicha situación, y con ello lograr que el gobierno y su administración puedan avanzar en medio de una crisis externa e interna.