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El discurso del papa 

Por: José Antonio Medina Aguilar

PIENSO, LUEGO ESCRIBO

Por Akiles Boy*

Cualquier historia se escribe por un resorte interior que mueve los pensamientos y las emociones, son los culpables de la alegría o la tristeza y desconsuelo inevitables, agobiantes, sin fecha de caducidad. Con mayor intensidad tratándose de seres extraordinarios, que inesperadamente desaparecen, en etapas cruciales de su vida, cuando el universo generoso conspira a su favor. Nadie, con una pizca de sensibilidad, escapa a esa sensación de  desesperanza y pesadumbre. Este 4 de julio me ocurrió, tras recibir la noticia del fallecimiento de Lupita Castillo, escritora y notable promotora cultural de Coatzacoalcos, Veracruz y México, fue fundadora,  guía y motor principal  de “Caravana del Arte, A. C., dejando en ese Puerto del Sur, una profunda huella y un legado invaluable. Ante los designios de Dios, solo nos queda decir, “Que Descanse en Paz y sea feliz en su nuevo refugio” mientras los que permanecemos, seguiremos andando y haciendo nuestra parte.       

Después de esas sentidas líneas, les comento, en la semana que pasó, una revista nacional publicó una entrevista de la agencia de noticias argentina Télam al Papa Francisco. Sin duda, una de las declaraciones vertidas, que generó más controversia o suspicacia en la comunidad internacional, fue cuando el Jerarca de la Iglesia Católica dijo,   América Latina aún es “víctima de imperialismos explotadores”, más adelante agregó “Latinoamérica todavía está en ese camino lento, de lucha, del sueño de San Martín Y Bolívar por la unidad de la región”, “siempre fue víctima, y será víctima, hasta que no se termine de liberar de imperialismo explotadores”. Estupor y escozor debió causar en algunos líderes y gobiernos del primer mundo, aquellos con historias pasadas y recientes de invasiones y conquistas con las armas o mediante los perversos juegos de la manipulación política.

Esta percepción y afirmación del Papa argentino, no es una novedad, como tampoco, el descubrimiento de una realidad que viven y conocen los latinoamericanos, y que el resto del planeta lo ignore. La desigualdad y la pobreza no se pueden ocultar. Sin embargo, algo que le faltó añadir a su Santidad, es que los “imperialistas explotadores” no han actuado solos, siempre han contado con las diligentes oligarquías aldeanas, también explotadoras y depredadoras, convertidas en los cómplices perfectos.

Enseguida de este posicionamiento Papal, surgieron las críticas y cuestionamientos, la mayoría perfilados hacia el rol de la Iglesia Católica en los pueblos latinoamericanos, porque de alguna manera el clero ha contribuido unas veces activo y otras con indiferencia o pasividad, en la precaria y débil condición de nuestras naciones. Alguna idea o motivación impulsaron estas inesperadas declaraciones, pero es otro llamado a tiempo, de mirar y atender las urgentes necesidades y problemas de los países del centro y sur del continente. Cuando menos, a poner fin a las intromisiones en la vida interior, y diseñar estrategias de cooperación económica y de intercambio comercial, que garanticen la equidad y los beneficios para el desarrollo social de la región, históricamente del Tercer Mundo.

Por último, solamente apunto su comentario sobre el valor de la comunicación en esta vertiginosa evolución tecnológica, “Hoy en día los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad didáctica: enseñar honestidad a la gente, enseñar a comunicarse con el ejemplo, enseñar a la convivencia”   Pero, “Si se tienen medios que salen a comunicar con metralla en la mano para destruir a la gente, eso nunca hará crecer a un pueblo”. Vale la pena pensarlo. Hasta la próxima.

7 de julio de 2022

*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.