ESPACIO CIUDADANO
“En el universo primitivo está la respuesta a la pregunta
fundamental sobre el origen de todo lo que vemos hoy…”
Leí con interés el texto “Breves respuestas a las grandes preguntas” y puedo decirles que es un trabajo interesante elaborado en gran proporción por el físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico Stephen Hawking, de nacionalidad inglesa considerado en los círculos intelectuales y científicos como la mente más prodigiosa del siglo XXI. El libro mencionado es su obra póstuma y fue publicada, después de su deceso, el 16 de octubre de 2018 y consta de 256 páginas. Hawking anhelaba compilar sus puntos de vista o aportaciones concisas a las grandes interrogantes que él se planteaba y que le solicitaban en múltiples ocasiones sus contemporáneos y colegas.
Además de tener el gran valor, audacia y tenacidad para sobrevivir a su grave afección: la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que lo inhabilitó físicamente durante 55 años, quedando casi paralizado de todo su cuerpo y sin habla, no “escabulló el bulto” tampoco para dar contestación a preguntas claves o medulares formuladas por los humanos a lo largo de las diversas etapas históricas. Si bien la religión, apoyada en “la verdad revelada” y en los dogmas, tiene todas las respuestas habidas y por haber, Stephen se contrapone a ello y rebasa los tabúes establecidos, indicando “que hoy en día la ciencia proporciona respuestas mejores y más consistentes que la religión, pero las personas se aferran a las creencias, porque éstas proporcionan consuelo y la mayoría de la colectividad no confía ni entiende la ciencia. Mi labor siempre ha consistido en hallar un marco racional para comprender objetivamente el universo que nos rodea…”
En ese tenor configura su último libro y lo divide en 10 capítulos, donde en cada uno de ellos se plantea una interrogante y las preguntas son respondidas con la visión singular de Hawking y de su equipo de apoyo; esos “desafíos trascendentes” inciden centralmente en la especie humana, en la vida terrestre y hacia dónde, como planeta de nuestro sistema, nos dirigimos después. Tales preguntas son: ¿Existe un Dios?, ¿Cómo comenzó todo?, ¿Hay otra vida inteligente en el universo?, ¿Podemos predecir el futuro?, ¿Qué hay dentro de un agujero negro?, ¿Es posible viajar en el tiempo?, ¿Sobreviviremos en la Tierra?, ¿Deberíamos colonizar el espacio?, ¿Será la inteligencia artificial más lista que nosotros?, ¿Cómo moldeamos el futuro?
El célebre Stephen nace en 1942 y muere 76 años después, el 14 de marzo de 2018 y a pesar de ser comparado con Copérnico, Galileo, Darwin, Newton y Einstein pasa a la posteridad en medio de la ignorancia e indiferencia de sus contemporáneos. Es muy probable que en el futuro sea mejor valorado por su respaldo a la ciencia y a la humanidad, toda vez que dejó textos de divulgación, tesis e hipótesis para los especialistas e investigaciones puntuales sobre la teoría de la relatividad, los agujeros negros, la cosmología, la física cuántica, el concepto del tiempo y los enigmas a discernir en etapas subsecuentes.
Merced a sus cálculos complejos del orden físico-matemático tuvo el atrevimiento de ofrecer respuestas a la interrogante clave: ¿Qué hay dentro de un agujero negro? y, entre otras cosas, Hawking apunta que si caemos a un agujero negro la gravedad tirará más fuerte de los pies que de la cabeza: “…el resultado es que seremos estirados longitudinalmente y aplastados por los lados; para evitar males mayores y para explorar el interior de un agujero negro, asegúrese elegir uno muy grande, con una masa de más de un millón de veces la masa de nuestro sol…” Más allá de la ironía implícita del genio inglés, rescato algo que mencionó sobre el tema en 2016: “Sabemos que las tres propiedades discernibles de los agujeros negros son su masa, su carga eléctrica y su momento angular…” Incitaba a sus amigos, alumnos y colaboradores a que prosiguieran investigando sobre esos extraordinarios monstruos siderales.
Recomiendo a los lectores, a los jóvenes inquietos y a los docentes comprometidos a que lean y vean algo de lo publicado y difundido audiovisualmente sobre el cosmos en revistas especializadas y en series científicas. El siglo XXI nos deparará muchas sorpresas en el campo de la investigación, en los diversos campos o áreas de estudio, sobre el entendido de que la tecnología avanza vertiginosamente y la especie humana, en términos generales, parece asombrada y bastante receptiva pero poco proactiva. Culmino con una cita de Hawking: “Todos somos libres de creer lo que queramos; pero en mi caso, con sustentos objetivos y comprobables, he llegado a la conclusión de que la ciencia tiene una explicación más convincente para entender las cosas y los fenómenos…”
En mi carácter de neófito y profano en la materia estoy imposibilitado para abordar más a fondo la aportación científica de Hawking, pero sí puedo consignar que este “moderno Einstein” trabajó en las leyes básicas que gobiernan al universo; para él y otros investigadores de renombre hay la necesidad de unificar la Relatividad General con la Teoría Cuántica. Stephen descubrió teóricamente que los agujeros negros no eran totalmente negros, sino que podían emitir radiación y eventualmente desaparecer. Otra de sus conjeturas es que el universo no tiene límites en el tiempo imaginario, lo cual implica que el modo en que el universo empezó queda completamente determinado por las leyes de la ciencia.
Recibió múltiples reconocimientos por sus aportaciones y sus textos. Únicamente cito algunas preseas y distinciones: medallas Albert Eintein, Eddington, Hughes, Copley, de la Libertad; premios Príncipe de Asturias y Especial de Física Fundamental. También enlisto algunas de sus publicaciones: La Estructura a Gran Escala, Relatividad General, 300 años de gravedad. Breve Historia del Tiempo, Agujeros negros y pequeños universos, El Universo es una cáscara de nuez y El Gran Diseño.
Atentamente
Profr. Jorge E. Lara de la Fraga