Abriendo Brecha
Fue en 1996 cuando Ernesto Zedillo, siendo presidente de México, decretó la puesta en marcha del Horario de Verano, sin consulta popular y solamente aduciendo que era conveniente porque implicaría ahorros para el gobierno y menos uso de la energía por parte de la sociedad.
Desde entonces, cada año tenemos que adelantar el reloj una hora en la primera semana de abril y concluye hasta la última semana del mes de octubre. De acuerdo a la opinión pública, que no suele consultarse, no está conforme con ese horario de verano.
Ahora, el presidente Andrés Manuel que había prometido desde el inicio de gobierno que cambiaría tal horario, lo hará hasta ahora. En cuestionamiento de parte de reporteros, dijo que emitirá un decreto para cancelar el horario de verano con base a una encuesta ciudadana y enviará una iniciativa de ley para tal propósito.
Conforme a los argumentos no es conveniente este horario porque provoca infartos al corazón, somnolencia, irritabilidad y desconcentración.
La realidad es que cuando se estableció oficialmente esta horario, la mayoría de las personas no estaban de acuerdo. Y, lo peor, siguen sin estarlo, pero cuando el gobierno emite decisiones, no suele tomar en cuenta la opinión de la ciudadanía.
En su momento, se dijo que tal movimiento en el horario tenía que ver con un ahorro que representaría en los hechos un 0.62 por ciento del PIB, que en términos reales se estimaba en mil millones de pesos. Actualmente, el ahorro es de 0.16 por ciento.
Cuando se hizo el anuncio en 1996, el secretario de Energía era Jesús Reyes Heroles y el director de la CFE, era Rodolfo Gasca Neri. En el fondo de esta cuestión, se argumentaba extraoficialmente que el verdadero motivo del cambio era para que las Bolsas de Valores tuviesen la misma hora en Estados Unidos y México. Esta versión seguramente no está fuera de la realidad, sobre todo porque cuando Zedillo llegó al gobierno, luego de la muerte de Luis Donaldo Colosio y la posterior crisis económica que enfrentó, EU le otorgó un préstamo para enfrentar la situación.
Desde entonces, los mexicanos hemos tenido que soportar este horario que cuando se acciona, provoca una serie de descontentos y reacciones que sólo quedan a nivel de suelo.
Por lo tanto, se espera ahora que cuando llegue la última semana de octubre de este año ya se establezca como un horario normal que no tenga más que moverse, principalmente porque sólo responde a intereses de las clases gobernantes, sin importar cómo piensa el ciudadano.
La extinción del Horario de Verano será también el dictamen público y lapidario en contra de Ernesto Zedillo, personaje impresentable, autor despiadado del Fobaproa (deuda que seguimos pagando los mexicanos) y el autor infame de concesionar a extranjeros las vías férreas del país y una larga cauda de pésimas decisiones.
ELECCIONES EN SEIS ESTADOS
Este domingo 5 de junio habrá una batalla electoral en seis entidades del país. Se estima, conforme a encuestas que se han aplicado, que Morena obtenga cuatro gubernaturas, pero con la posibilidad que se lleve el carro completo.
Es evidente que existe mucha preocupación de parte del PAN, PRI y PRD, partidos que se han asociado con el propósito de enfrentar al partido Morena que por ahora se ha convertido en una máquina electoral difícil de vencer.
Pero, sin duda, el partido más afectado será el Partido Revolucionario Institucional. El emblemático partido que nació en 1929 y luego gobernó durante varias décadas hasta el año 2000 y luego lo recuperó en 2012, corre el peligro de extinguirse.
Cuando Alejandro Moreno, líder del PRI, recibió la dirigencia, se contaba con 14 gubernaturas. Desde entonces ha ido pendiendo una a una. Ahora, en estas elecciones, corre el riesgo de perder otras dos gubernaturas, Hidalgo y Oaxaca, con lo que solamente se quedará con dos gubernaturas que se renovarán para el próximo año 2023. Es decir, Estado de México y Coahuila, con el riesgo también de perder la elección.
Por consecuencia, el PRI quedará en la orfandad y próximo a la extinción. ¡Quién podría imaginarse!. Tanto poder durante tantos años y que sólo todavía algunos años antes podría recuperarse, ahora ya no se observa ninguna posibilidad.
¡Y hasta la próxima!.