Al escuchar decir al presidente López Obrador en su mañanera de ayer que éste 2022 será el año con la mayor inversión extranjera en la historia del país con más de 19 mil millones de dólares, vinieron a nuestra mente los discursos hiperbólicos de Fidel Herrera cuando, según él, en tres años ya había cumplido gran parte de sus metas. No es la intención comparar a ambos políticos entre sí, pero la ciudadanía mexicana ya sufre del síndrome de la burra arisca respecto al dicho de quienes acceden al poder y de pronto casi de unísono adoptan un discurso poco aparejado con la realidad. Sin embargo, cual moderno Sísifo, aquel de la mitología griega que empujaba cuesta arriba una gran roca solo para dejarla rodar hacia abajo una vez llegado a la cima, en cada cambio de gobierno volvemos a depositar nuestras esperanzas de que, por fin, se cumplan nuestras expectativas. No se ignora que mucha gente en México tiene la firme convicción de que con López Obrador se alcanzarán las metas de un verdadero cambio, no todos sin embargo tienen la misma percepción. El mismo fenómeno lo presenciamos en Veracruz cuando “el gobierno cercano a la gente” de Fidel Herrera llegaba al término de su gestión; respecto de eso escribimos en julio de 2010:
Palabra de político
Por Alfredo Bielma Villanueva