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Insensibles, irresponsables.

Por Martín Quitano Martínez

Entre Columnas

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twitter: @mquim1962

“Nadie es capaz de dar lo que no tiene, ¿verdad?,

 ni mucho menos nada puede dar más de lo que es”.

 (Ética para Amador). Fernando Savater.

Como desde hace más de un año y ahora el último reporte de este mes del INSABI, se comprueba y se comprueba que los medicamentos oncológicos y otros de alto costo, en Veracruz siguen almacenados sin distribuirse adecuada y oportunamente, llegando en ocasiones a caducarse. Más de 850 mil piezas ahora, más las de meses y años anteriores que caducaron y han desaparecido de los registros.

Manifestaciones y angustia justificada de padres y familiares de niños y enfermos de cáncer que no reciben su tratamiento regularmente desde hace tres años. La federación comprueba que sí se envían y se reciben en los almacenes del estado, pero no son dispersados o no son aplicados a los pacientes, lo que deja la responsabilidad administrativa, social, ética y acaso penal, en la cancha del ejecutivo estatal.

¿Hay algún funcionario estatal que se interese por resolver este problema de evidentes funestas consecuencias? Porque al Secretario de Salud no. El señor renuncia para irse a su terruño con sus compañeros de partido, según declaró.

¿Hay alguna autoridad que considere que hay suficientes pruebas de responsabilidad para sancionar a quienes no cumplieron su encomienda? Sean de la administración anterior y claramente de la actual, porque después de tres años ya pudieron haberse subsanado las fallas encontradas y recuperar la entrega suficiente y oportuna de medicamentos. ¿O no pueden?

Y si no solo hay ineficiencia e incapacidad institucional, ¿de qué están hechos quienes decidieron no entregar los medicamentos pudiendo hacerlo? Porque la salud no puede ser rehén de la política. Es de los más grandes derechos humanos e implica una responsabilidad ética y humana como ninguna otra, porque su incumplimiento deriva en muerte o enfermedad grave, de niños con cáncer o de infectados por COVID, por ejemplo. 

Es cierto que desde el inicio se presagiaban pocas posibilidades de lograr buenos resultados con el designado titular del sector salud, tan proclive a declaraciones o conductas poco institucionales, dejando suficiente evidencia de la cuestionable banalización de su encargo, su visión intolerante y en ocasiones confrontacionista con frases irresponsables y de mal gusto.

Sin duda no es el único responsable de los malos resultados de la institución, ahora evidenciada en el escándalo de la información sobre los medicamentos oncológicos. Tarea de los entes fiscalizadores que debieran haber actuado desde hace muchos meses para evitar más retrasos y más tragedias humanas. No tarden más por favor.

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