Debanhi Escobar fue asesinada y sufrió violencia sexual, revela segunda autopsia
Debanhi Escobar fue asesinada y sufrió abuso sexual antes de morir, de
acuerdo con el segundo informe forense que solicitó la familia de la joven,
hallada sin vida en una cisterna en Escobedo, Nuevo León, México.
Los resultados del dictamen fueron difundidos por el diario EL PAÍS, a los
que señala que tuvo acceso.
Lo anterior descarta la hipótesis que deriva de la primera necropsia oficial
emitida en las últimas semanas por la Fiscalía de Nuevo León, la cual apunta
que la causa de muerte se dio debido a un posible accidente.
En el dictamen solicitado por Mario Escobar, padre de la joven de 18 años,
se señala que fue golpeada varias veces con un “agente
contundente” en la cabeza y murió antes de llegar al tanque de agua.
“Se trata de una muerte violenta homicida”, concluye el texto. Y el cadáver
presentó “huellas de una relación sexual violenta”.
La muerte aún no esclarecida de la adolescente Debanhi Escobar expuso el
drama de los miles de desaparecidos y los riesgos que enfrentan las mujeres en
México, pero también un cuestionable manejo judicial y mediático del caso.
Tres semanas después del hallazgo del cuerpo en las afueras de Monterrey
(norte), siguen abiertas todas las hipótesis, desde un feminicidio
hasta un accidente, mientras llueven acusaciones de incapacidad contra las
autoridades.
Entre fallas investigativas y una aparente falta de progresos, la Fiscalía del
estado de Nuevo León solo ha confirmado que murió de un golpe en la cabeza y
fue encontrada en el depósito de agua subterráneo de un motel, 12 días después
de su desaparición tras asistir a una fiesta.
Los investigadores habían inspeccionado el lugar cuatro veces antes del
hallazgo. Dos funcionarios de la Fiscalía fueron destituidos por
“errores” y “omisiones”.
“Tenemos muchas pruebas de que a Debanhi la mataron y la sembraron
(pusieron en el pozo)”, sostiene su padre, Mario Escobar, quien contrató
una necropsia y denuncia amenazas en su contra.
Este viernes será recibido en Monterrey por el presidente mexicano, Andrés
Manuel López Obrador.
“Se repiten la indolencia y poca capacidad para investigar, la
criminalización de las víctimas y el riesgo de impunidad”, opina Valeria
Moscoso, especialista en trabajo psicosocial.