Tomar café es uno de los hábitos alimenticios más arraigado en las personas, especialmente por las mañanas, antes de comenzar con las labores cotidianas.
Esta bebida cuenta con grandes beneficios y también puede ser un apoyo para el sistema inmune. Sin embargo, esto depende de la cantidad en que se tome, ya que también podría afectar las defensas.
POR QUÉ TOMAR CAFÉ PODRÍA AFECTAR EL SISTEMA INMUNE.
La cafeína es uno de los componentes más característicos del café, encontrándose en gran medida en este alimento. Por tanto, este producto comparte tanto los beneficios como los efectos secundarios de la cafeína en el organismo.
Según expertos, tomar una taza de café todas las mañanas puede llegar a ayudar al funcionamiento de nuestras defensas. No obstante, si se considera un hábito de varias tomas diarias puede hacer que el sistema inmune se vea dañado.
¿Qué es lo que ocurre? Una ingesta masiva de café puede hacer que el cuerpo comience a producir cortisol, una hormona que activa al cuerpo y, a su vez, crea un empeoramiento de la salud de las defensas.
El peligro de este exceso puede manifestarse cuando el consumo es mayor a cuatro tazas diarias.
No solo eso: el consumo excesivo puede provocar que el cortisol desencadene reacciones como irritabilidad, nerviosismo, taquicardias, ansiedad, estrés, alteración del sueño, impaciencia y cambios en el estado de ánimo, los cuales también afectan de forma directa a las defensas.
OTROS PROBLEMAS DE SALUD
Además, una alta cantidad de café puede ser perjudicial para personas que sufren hipertensión, haciendo que se experimenten desniveles en los indicadores de la presión arterial.
Finalmente, puede ocasionar aumento de peso ya que el café incrementa la sensación de apetito.