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¿Taquigrafía?

Por Luis Humberto Muñoz Vazquez

Panoramas de Reflexión

            Su nieto le preguntaba “¿Abuelito, escribes en chino?” Algunas secretarias y compañeros que trabajaron junto a él, le preguntaban alguna vez “¿Qué es eso?”. Mi amigo el C. P. Leoncio Carballo Sarmiento, autor del libro de “Contabilidad Municipal” editado en 1945 y de reconocimiento nacional, me comentaba al respecto que la taquigrafía es una técnica que le ha sacado de muchos apuros a lo largo de toda su vida profesional, pues tuvo la fortuna de estudiar la secundaria en una academia comercial antes de continuar con sus estudios profesionales, y siempre continuó haciéndolo hasta el final de sus días.

            La taquigrafía es un sistema de escritura rápido y conciso, a través de trazos breves (gramalogos), abreviaturas y caracteres especiales para representar letras, palabras e incluso frases, útil para transcribir alocuciones a la misma velocidad a la que se expresan. Algunas investigaciones me llevaron a encontrar que sus orígenes se remontan a la época del historiador griego Jenofonte, que según cuentan se valió de esta técnica para transcribir la vida de Sócrates. Proviene de las voces griegas “taxos”, que significa celeridad o rapidez, y “grafos”, escritura. La usaron los fenicios y los griegos y en Roma desde la época de Cicerón, según Plutarco. Posteriormente, se restableció en la Edad Moderna. Comenzó de nuevo en Inglaterra en el año 1588 por Bright, Siguió por Francia, Holanda y Alemania desde el siglo XVII. Llego a Italia en el siglo XVIII y a España en 1800. El verdadero inventor de la taquigrafía española es el valenciano Francisco Martí, en 1802. Su sistema se considera como el más perfecto de los conocidos hasta el siglo XIX. El término fue utilizado por primera vez por Thomas Shelton en 1641, luego por Coulon de Thévenot en 1776 y finalmente adoptado por Martí. El inglés John Willis, inventor del primer sistema geométrico, la había denominado estenografía. En el ámbito comercial y hasta principios de la década de los noventa, la taquigrafía fue impartida en academias comerciales para que tanto Secretarias como Auxiliares Administrativos y Contables que de ellas egresaran, la utilizaran para apuntar las notas, cartas, recados y pedidos que recibieran de sus jefes inmediatos. No dudo que en algún lugar se siga impartiendo. Desafortunadamente y debido al auge y desarrollo de los avances tecnológicos modernos, como la invención de grabadoras, computadoras, teléfonos celulares y demás; esta técnica, teóricamente una herramienta de gran utilidad, ha caído en desuso hasta el grado que las nuevas generaciones de jóvenes, que se desempeñan en oficinas de empresas con cargos que requieren conocimientos mínimos de contabilidad y administración, la desconozcan en su totalidad. Con relación a todo esto resulta atractivo recordar aquí aquellas importantes, y todavía necesarias, carreras comerciales técnicas como son las de Contador Privado, Auxiliar Contable, Secretaria Comercial, Secretaria Ejecutiva y otras más; impartidas todas en las ya lamentablemente desaparecidas academias comerciales, como lo fueron el reconocido Instituto Comercial “Salvador Díaz Mirón”, presidido por la distinguida profesora Sara Salcedo de Dugas, destacada pionera de la educación comercial en Martínez de la Torre y la región. Y como no recordar también al notable Instituto Comercial “Rosendo Topete Ibáñez”, propiedad del también destacado profesor Luis Mora Hernández. Ambas academias con una amplia trayectoria en este campo y de profundo sentido vocacional, ético y moral, trasmitido al alumnado que cursaba entre otras materias, además de las requeridas por la SEP., para cumplir con la instrucción secundaria o preparatoria de aquel tiempo: Taquigrafía, Mecanografía, Archivonomía, Relaciones Humanas, Contabilidad, Ética, Ortografía, Lectura y Redacción, Correspondencia, Derecho Civil, Derecho Mercantil, Derecho Administrativo y otras más que escapan a mi memoria.

            Evoco con nostalgia todas estas carreras y algunas de sus distintivas materias de estudio, porque debido al auge de las actuales escuelas que imparten diplomados y carreras técnicas en computación, es evidente observar que han concentrado más su atención en la paquetería informática usual como son: Sistemas Operativos, Procesadores de Texto, Hojas de Cálculo, Presentación de Diapositivas, Bases de Datos y distintos programas de diseño gráfico, dejando de lado la formal instrucción ética y practicas secretariales, tan necesarias en los jóvenes que se desempeñan en este renglón. Las carencias hacen la diferencia y basta con acudir o tan sólo hablar por teléfono a muchas organizaciones donde a menudo nos topamos con jóvenes que carecen del criterio y sentido común necesarios para proporcionar alguna información solicitada. Tal vez sea necesario regresar gradualmente a aquel sistema educativo tradicional y conjugarlo con las necesidades actuales que requiere la tecnología. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.

Luis Humberto.

Integrante de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A. C. (REVECO).