Abriendo Brecha
La última vez que se construyó una refinería en México fue en el año 1982, siendo presidente José López Portillo. Desde entonces ya no se hicieron y sólo hubo un intento durante la presidencia de Felipe Calderón que sólo edificaron una barda en Tula y ahí quedó el buen propósito.
Habría qué preguntarse cuáles fueron las motivaciones para que nuestro país no hiciera más refinerías, tomando en cuenta su vocación petrolera y la imperante necesidad de cubrir la demanda del sector automotriz principalmente, representada en millones de autos.
Inclusive, durante la presidencia panista de 12 años se llegó a afirmar que las refinerías no eran negocios y que era mejor comprar al extranjero. Qué afirmación tan lejos de la realidad y que sólo propició una mayor dependencia de nuestro país del extranjero.
Ya en el régimen de Enrique Peña Nieto empezó a importarse la gasolina en grandes cantidades y cada vez México se convertía en un país dependiente del exterior en materia de gasolinas, cuando irónicamente sé es una nación productora del hidrocarburos.
Ahora, con la rehabilitación de seis refinerías y el incremento de su producción, así como la incorporación de la nueva refinería de Dos Bocas que será inaugurada en julio del presente año, junto con la histórica adquisición de Deer Park de Houston, Texas, aumentará significativamente la producción de gasolinas.
México ya era dueño de Deer park en un 50 por ciento y ahora con una inversión de 596 millones de dólares, pasa a ser propiedad del estado mexicano comprado a la trasnacional Shell. Se trata de un hecho muy significativo, de grandes símbolos y que representarán la independencia del país del exterior en materia energética.
Por supuesto hay quienes consideran que es una inversión tardía en función que el petróleo ya se está despidiendo de la matriz energética, cuando ahora lo que funcionan son las energías renovables representadas en las energías eólica y solar.
El futuro no parece ser tan simple en el sentido que imperarán las renovables en los próximos años. De acuerdo a cálculos de petroleras, todavía pasarán más de 20 años antes que haya otras alternativas energéticas, a pesar que el sector eléctrico ha incrementado la oferta de autos a partir de baterías eléctricas.
PARLAMENTO ABIERTO
Ya empezaron las pláticas y conferencias sobre el posicionamiento de la reforma eléctrica propuesta por el ejecutivo federal. Las posiciones son muy claras y quienes defienden la propuesta oficial argumentan que el Estado debe tener la rectoría energética y con ello se van a mantener tarifas adecuadas a la economía de la población.
De igual manera hacen una defensa fundamentada sobre los abusos que han hecho las empresa privadas, principalmente extranjeras, que han sido beneficiarias a través de Certificados de Energía Limpia y que la CFE eroga grandes cantidades de miles de millones de pesos.
En contraste, los representantes del sector privado se refieren a la necesidad de producir energías limpias y que la CFE no tiene esa capacidad. Se pronuncian por el libre mercado y que se respeten los contratos surgidos de la reforma energética de Enrique Peña Nieto.
Es evidente que en la discusión y debate se han dado ya cruces de ideas. Representantes de la iniciativa privada han dado a conocer sus posturas y especialistas del IPN han refutado cada uno de los argumentos.
CRECE MOLESTIA DE AGUA CONCESIONADA
En la zona conurbada Veracruz y Boca del Río sigue creciendo el descontento de la población hacia las empresas concesionarias del agua potable, al considerar altas tarifas y porque no han realizado ningún tipo de inversión, principalmente la de Veracruz que ya tiene más tiempo.
Ni un solo peso se ha orientado para la inversión. Lo que más disgusta a la ciudadanía que tales concesiones se hayan entregado a empresas extranjeras y sobre todo a empresas de dudosa calidad moral, como es el caso de Odebrecht, que es la que conduce la administración.
Es muy raro que a estas alturas continúe la concesión, considerando los antecedentes de una empresa que se ha distinguido por su pésima reputación y que no sólo en México, sino en toda América Latina promovió la corrupción y que varios funcionarios involucrados se encuentran en la cárcel.
Sólo por estos hechos tan evidentes, resulta más que conveniente y procedente que haya una revocación de la concesión del agua potable de Veracruz y luego la de Boca del Río, representada en la Cía Cab, de origen español.
Lo único que han hecho es aprovecharse de los bolsillos de los veracruzanos porque no han sido capaces de mejorar ni en lo mínimo.
¡Y hasta la próxima!.