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La comida de Héctor Yunes

Por Juan Iván Salomón

CUENTOS, MITOS Y TRADICIONES

Al convivio de la organización política “Vía Veracruzana” (“Viagra”, le apodan algunos), de Amadeo Flores Espinosa, no fuimos invitados. Y a la comida de “Alianza Generacional”, de Héctor Yunes Landa,  nos colamos. Había de distintos  colores y sabores. Exdirigentes del PRI, exsecretarios de gobierno, exalcaldes de Xalapa y de otros municipios, prominentes figuras de otros partidos, directores y propietarios de medios de comunicación, hasta sedicentes reporteros.

Por ahí Amadeo Flores, Jorge Uscanga Escobar, Gonzalo Morgado Huesca, Raúl Ramos Vicarte, Renato Alarcón Guevara, Miguel Ángel Díaz Pedroza, Carlos Rodríguez Velasco. También Jesús Vázquez González (partido estatal extinto “Todos por Veracruz”), Gonzalo Vicencio Flores, el aguerrido “Huasteco”, que militó en Morena y luego en “Fuerza por México”, partido que está entre que pierde o salva su registro. Llegaron Melitón Morales Domínguez, director de la revista “Análisis Político”, Arturo Reyes Isidoro, Carlos Manuel Aguirre Gutiérrez, Carlos García Méndez, Joaquín Rosas Garcés, director general del portal de noticias “Alcalorpolítico”, los exalcaldes de Martínez de la Torre, Cirilo Rincón, Antonio Rodríguez Baranda e Ismael García Huesca; Crisóforo Hernández Cerecedo, ex de Tuxpan.

Por zoom se conectaron el ex procurador General de la República y exsecretario de gobierno de Veracruz Ignacio Morales Lechuga y el diputado federal Pepe Yunes Zorrilla. Presente también, la señora Sonia Sánchez de Chirinos. Hubo muchos más. Según el periodista Mario Javier Sánchez de la Torre asistieron como mil personas. Otros calcularon 300. La mayoría eran políticos veteranos. Faltaron jóvenes.

Nuestra colega y crush, Yaretzi López, observó curiosas  pláticas y escenas:

–Oye, Juanchito, ése que está allí, se presentó como reportero y le pidió una lana a la señora elegante que está allá. Investigué  y los colegas le apodan el  “Mas Tranzas”.

–También le pidió varo a Díaz Pedroza, pero él no le dio nada.

Unos amigos cuchicheban:

–Oye, brother, ¿ese que viene ahí es fulano?

–Creo que sí. ¡Qué viejo se ve!

–Y aquel que está sentado se parece a zutanito.

–Hace tiempo que no lo veía. También está avejentado. Pensé que ya había muerto.

–Tú no te ves muy joven que digamos. Pareces prófugo del asilo de ancianos.

Algunos no aparecían en la lista de invitados. De todos modos pudieron entrar. Buena atención de Tavo Cadena Mathey e Inocencio Valdez a periodistas.

Héctor Yunes se aventó buen discurso y propuso una gran alianza opositora.

*

Cerca de Xalapa existe el pueblo Rafael Lucio, rumbo a Perote. Muchos aún lo conocen como San Miguel del Soldado. La fiesta de su santo patrono, San Miguel Arcángel, la celebran en septiembre. Cada año acuden personas de diferentes localidades de la región. Hace años este reportero fue invitado a la casa de respetable familia en este hospitalario lugar. Llegamos con Yaretzi y había muchos convidados más. Disfrutamos deliciosas viandas, la barbacoa por delante. En plena comelitona entró un joven político priista que entonces era diputado o presidente municipal de Xalapa (ocupó sucesivamente ambos cargos). Lo acompañaban varios amigos.

Jovial, amigable, desenvuelto, saludo a todos y cada uno de los presentes. El anfitrión, un exitoso empresario que también tenía casa en Xalapa y era amigo de este popular político, lo recibió amablemente, lo invitó a sentarse y empezaron a comer.

El joven político preguntó por fulanito. Le respondieron que no estaba, que tal vez al rato llegaría. Tomaron cerveza y vino. Volvió a preguntar por fulanito y otra vez le contestaron que no había llegado. La conversación continuaba amena. Los brindis también.

–¿Dónde está fulanito?, me dijo que aquí nos veíamos a las 3 y ya pasa de las 6  –insistió inquieto el político xalapeño.

El dueño de la casa le informó:

–Vive enfrente y también tiene invitados. Le mandaré decir que estás aquí y que deseas saludarlo.

–¡Qué chinga, perdón, qué oso!, él me invitó. Pensé que  ésta era su casa, qué pena contigo y con él. Me confundí, amigo  –se disculpaba una y otra vez el diputado o alcalde  mientras todos reían divertidos.

Adivinen quién era.