Abriendo Brecha
La política en México se ha transformado radicalmente en los últimos tres años. La geografía política de la nación ya no es más de lo que era. Partidos de gran importancia como el Revolucionario Institucional y Acción Nacional han sido vulnerados y sus bases han ido en declive.
Ahora, en la panorámica nacional figura una nueva organización partidista que es el movimiento de Regeneración Nacional y que prepara sus armas para apoderarse de las seis gubernaturas que se disputarán durante 2022.
La razón esgrimida como argumento tiene que remitirse forzosamente a los resultados obtenidos durante tres décadas, las cuales no fueron positivas para las grandes mayorías. Esto no quiere decir que algunos sectores de la sociedad no hayan sido beneficiados, aunque fueron los menos.
Ello tiene que ver ahora con la profunda polarización que se tiene en el ámbito político, pero aunque sea un sector minoritario el que ahora discrepa de las políticas actuales, éste tiene un inmenso poder y con grandes divulgadores que tienen presencia en diversos medios.
Ante esta situación que se presente en el ámbito político, la oposición reconoce que no tiene la capacitad para competir y por ello ahora tiene que recurrir hacia el cambio de nombres y buscar nuevas alternativas para hacer olvidar al colectivo imaginario que alguna vez existieron.
Saben perfectamente que competir bajo las mismas siglas partidistas es prácticamente una misión imposible para recuperar las posiciones que antaño le pertenecían y que a fuerza de tanto engaño y abuso hacia el ciudadano, ahora lo han perdido.
Por lo pronto en Veracruz ya están apareciendo las convocatorias para las alianzas y buscan que a través de esa alternativa lleguen a conformar una organización que les permita recuperar la gubernatura de la entidad. Quien gobierna, Cuitláhuac García, a pesar que tiene tres años en el ejercicio gubernamental, todavía no es conocido ampliamente por los veracruzanos. Su misma inexperiencia y la falta de pericia no le han cobrado aún grandes dividendos, pues la última encuesta de Mitofsky lo ubica con una calificación aceptable.
Tiene más del 50 por ciento de la aprobación de los veracruzanos, cuando hace algunos meses era mucho menor. Con un descuido, podría colarse entre los mejores gobernadores aprobados por el ciudadano. Algo debe estar haciendo bien para obtener ese cambio de actitud.
EL GRAN RETO, VERACRUZ
Por lo pronto, el gran reto ahora es Veracruz puerto. Una ciudad que en los últimos años no ha podido transformarse positivamente. Se podría hablar que en más de 15 años no se observan mejoras. Los alcaldes que han desfilado han hablado mucho, pero no han sido efectivos.
Un discurso permanente tiene que ver con el rescate del centro histórico, pero se ha quedado solo en la retórica, porque el puerto luce abandonado, una pésima infraestructura es su signo distintivo y a pesar que han pasado alcaldes de diversos colores, no se observan mejoras.
No es necesario que lo comparemos con municipios como el de Orizaba, que en consideración del columnista y de tantas personas, sería la mejor ciudad de la entidad veracruzana.
Le urge al puerto que llegue un presidente municipal con espíritu de servicio, que piense en la ciudadanía y que anteponga sus intereses por encima del bienestar de la ciudadanía.
Recientemente le pregunté al Ing. Francisco Ávila, exalcalde que está considerado como uno de los mejores munícipes, sobre la situación de abandono que vive el puerto de Veracruz. La respuesta fue más que evidente.
En tanto, se encuentra aún el litigio de la elección municipal. Hasta el momento no se sabe quién ganó la elección y tal vez haya que renovar el proceso, lo que implicaría la formación de un Consejo Municipal y para marzo entrante serían las nuevas elecciones.
¡Y hasta la próxima!.