Hablar de una mujer admirada desde cualquier rincón del planeta por su sencillez, llevando el pulso de su país con una firmeza sutil, con una política exterior que sorprende a todos, con sus manos diestras llevó las riendas de la Unión Europea, quizá la mujer más poderosa y emblemática en la historia reciente del viejo continente.
Angela Merkel conocida como una mujer congruente con los valores humanos, en un equilibrio responsable que destaca a todas luces, llegó a la vida del pastor luterano Horts Kasner y Herlind Jenztsch un sábado de julio de 1954. Durante su juventud fue conocida por ser reservada, un poco tímida, como lo mencionan los habitantes del complejo Waldhof, (una fundación de la iglesia luterana) sin embargo se cargó de tanta empatía como el oxígeno que respiraba en esa época. Aunado a la influencia y un poco el carácter de su padre enérgico, actuando con inteligencia, siendo un hombre preparado que externaba sus ideas, la personalidad conciliadora y perseverante de su progenitora fueron a la postre el coctel que formó la personalidad de Angela.
Recuerda ese domingo 13 de agosto de 1961 cuando el llamado Ejercito Nacional del Pueblo y otras fuerzas del orden integraron los 9800 participantes en la construcción del muro de Berlín, Angela comentó que fue su primer recuerdo político, …un momento lleno de tristeza indescriptible y doloroso para todos. Ese día su padre el pastor ofreció como costumbre el servicio religioso y al finalizarlo los que concurrieron a la ceremonia entre los que se encontraba ella, su madre y hermanos lloraron.
En una ocasión estando en la escuela secundaria durante la clase de natación tenían que lanzarse a la alberca desde un trampolín de tres metros, temerosa de hacerlo cedía el turno cada vez que le volvía a tocar hacer el salto hasta que ya no quedó nadie, era la última, el tiempo se terminaba, se encontraba muy nerviosa, pasaban los segundos y sus más de 20 compañeros empezaron a gritar ¡salta! ¡salta!, cuando parecía que irremediablemente no lo haría, brincó sobre la orilla del trampolín, se elevó por los aires y con una flexión de las manos buscó la punta de sus pies para después volverse a estirar y entrar al agua, lo logró. Esta anécdota es recordada frecuentemente por sus contemporáneos y biógrafos, aprovechando la oportunidad sobre el tema mencionó: Creo que soy valiente en los momentos definitivos. Pero siempre necesito una notable cantidad de calentamiento, porque antes de pasar a la acción, pienso y cavilo sobre todas las posibilidades existentes.
Al recordar su etapa estudiantil en la Universidad Karl Marx cuando en 1973 iniciaba el primer semestre de la facultad de Física, a la que ingresó más por conveniencia que por vocación. Su interés era la pedagogía para ser profesora, declinó la idea al pensar que serlo en el futuro significaba adoctrinar en el socialismo a los alumnos, amén de que la física le representaba en sus palabras: concentrarme en el estudio de la ciencia me abría las puertas para el entendimiento hondo de la Teoría de la Relatividad de Einstein.
Después de 16 años como una líder indiscutible, deja como legado una Europa poderosa, una importante señal para las mujeres. Superó desafíos como el colapso económico en 2008, las amenazas de la disolución de la Unión Europea, las olas migratorias y más recientemente la pandemia del Covit-19. El 8 de diciembre termina una era, la era Merkel.
Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO).